Otro vestía un traje negro, camisa azul celeste y corbata de rayas.
El tercero llevaba puesto un traje de color claro, camisa oscura y corbata de lunares. Sujetaba con mucho celo un maletín negro lleno papeles y más papeles.
Se sentaron en torno a una mesa y debatieron durante largas horas. Nadie escuchó la conversación, ni se supo de las decisiones que allí se tomaron.
Al día siguiente las bolsas de todo el mundo se desplomaron.
Al mes siguiente los bancos dejaron de conceder créditos.
Al mes siguiente un empresario pensó, que al río revuelto hay que sacarle ventajas.
Al siguiente mes, las bolsas de las amas de casa regresaban vacías a casa.
María
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