miércoles, 19 de mayo de 2010

OTTO, UN GATO ENTRAÑABLE QUE CONTESTA A FRANCISCO QUINTANA


fotorealdenuestro querido Otto


RECODÁIS EL POEMA QUE UN DÍA DEDICÓ FRANCISCO QUINTANA A OTTO. HOY, ES NUESTRO QUERIDO FELINO, QUIEN DESEA RESPONDER Y DAR LAS GRACIAS POR LAS PALABRAS HERMOSAS QUE LE DEDICARON.


Hola,
soy Otto, el gato de Alicia.
Hace días que quería escribirte...pero no sabía como hacerlo.

Imaginarás que lo que quiero es darte las gracias por el poema que has escrito para "contribuir a mi memoria", pero,"agradecimiento" no acaba de expresar lo que realmente siento.
Lo que realmente siento, tanto por el elocuente poema de alguien que ni siquiera me llegó a conocer, como de la entrañable María que con el tiempo fue acercándose cada vez más a mi y sintiendo algo que ni ella recordaba ya de los animales, como de tantas otras muestras no sólo de cariño sino también artísticas...lo que realmente es una felicidad inmensa por haber sido capaz de encontrar ese frágil, intangible y alucinante camino que me permitió acceder a la Vida, como los humanos la entendéis.
Porque permíteme que te diga, aquí entre tú y yo, que los gatos viven en una realidad ajena a la de los hombres: los gatos, al igual que el resto de animales domésticos, interactúan con sus amos, comparten las mismas coordenadas espacio-temporales, pero en el fondo están en una realidad paralela; sí, y se relacionan...pero en su realidad humana y otros en su realidad felina, por así decirlo.
Es difícil entender, lo sé...pero yo puedo explicarlo porque he sido capaz de superar esa distancia existencial, gracias a la relación no sólo de amor sinó de comunicación tan rica en sentimientos, conocimientos y vivencias que he mantenido con Alicia.

El destino nos unió a Alicia y a mí y durante unos años tuvimos la suerte de tener una relación que nos aportó tanto a los dos, que todavía ahora me cuesta creerme lo afortunados que hemos sido. Una cosa que he descubierto "en la realidad humana" es que valoramos realmente las cosas en su justa medida sólo al pasar a echarlas de menos!

Bueno, como ves otra cosa que aprendí es a enrollarme mucho, esto debe venir de la familia Naranjo, je je je...

He perdido la cuenta de cuantas de mis siete vidas he gastado ya...pero la verdad no me importa...lo que cuenta es que, tengamos una vida o siete, disfrutemos plenamente!

Y la que yo acabo de pasar ha sido increíble, por lo que me doy por satisfecho, Y estoy seguro de que todo lo que he aprendido me servirá para poder disfrutar también el resto de las que me vengan, aunque no tenga a mi lado personas tan excepcionales como las que he conocido en esta última!
Todos deberíais hacer lo mismo...a Alicia conseguí mostrarle como en realidad también ella tiene siete vidas: se trata que cada gran acontecimiento lo tomemos como una de estas vidas, y nos permita pasar a la siguiente con algo aprendido y consolidado que nos hará que la siguiente ya tengamos un paso ganado. Sólo así conseguiremos avanzar y ser cada vez más felices.

¿No es genial? Conseguimos unir nuestras realidades y yo pasé a tener cuentos y poemas dedicados, como la más cotizada de las musas, y ella pasó a tener siete vidas!!!

Gracias de nuevo por tu poema...me reconforta.
Miau.
Otto.
Alicia



NO QUIERO QUE LAS PALABRAS DE NUESTRO QUERIDO AMIGO, QUE TAN BIEN CONOCEMOS GRACIAS A LAS HISTORIAS QUE ÉL NOS CONTABA EN LOS CUENTOS, QUEDEN COMO PALABRAS QUE SE LLEVE EL VIENTO.


ES POR ESO QUE VOY A PROPONEROS ALGO.


ESPERO HISTORIAS ENTRAÑABLES DE ALGÚN ANIMAL DE COMPAÑÍA QUE OS DEJARA UNA HUELLA IMBORRABLE.


SERÁ UNA NUEVA SECCIÓN QUE PODREMOS LEERLA AQUÍ, EN COMENTARIOS. NO IMPORTA EL ANIMAL, NI EL TIEMPO QUE HABEIS CONSEGUIDO MANTENERLO COMO UN AMIGO.


ANIMALES DE COMPAÑÍA.

María

5 comentarios:

Mary dijo...

Bueno, estaba esperando que arrancara alguien antes que yo con su historia pero como veo que no explicare yo la mía.

Más bien es una historia que yo no olvidare nunca, fue entre mi madre y su pajarito “PICHI” como el de Heidi ¿os acordáis?, bueno, un día regresábamos de la escuela mis hermanas pequeñas y yo y en la acera nos encontramos un gorrión era diminuto tenia las alas pegaditas daba la sensación que era recién nacido y había caído del nido del árbol, intentamos buscar el nido y volverlo a dejar allí con sus hermanitos y su mamá pero nos fue imposible así que decidimos llevarlo a casa, lo envolví en un pañuelo y lo guarde en mi bolsillo…cuando llegamos a casa rápidamente se lo di a mi madre ella sin decir palabra abrió el grifo con un hilito de agua templadita y lo lavo tenía una herida en un ala, yo observaba a mi madre con la boca abierta parecía que sabía lo que hacía y es que realmente las madres lo saben todo por lo menos la mía que para mí es lo más grande que tengo y he tenido jamás.

Mi madre seguía sin decir nada, envolvió a PICHI en un trapo de cocina y me lo dio mientras ella calentaba leche y le migaba pan, entonces fue cuando dijo sus primeras palabras al respecto.

-Mary, le vamos a dar de comer y esperemos que lo haga porque si no se morirá.
-¿Cómo lo vamos hacer?
-recuerdas el pajarito de Heidi, cuando ella se ponía la comida en la boca y el comía
-si, ¿pero?
-mira, vamos a coger puntitas muy pequeñas de sopita y se lo pondremos en el pico con mucha paciencia y si no come ya veremos si hay que hacer de mama pájaro.

El caso es que PICHI comió y estuvo con nosotros mucho tiempo, mi madre lo tenía suelto por la casa ,ella decía que no era pájaro de jaula, cuando ella hacia la faena de casa PICHI se ponía en su cabeza entre su pelo y mientras mi madre barría el paseaba con ella, podía estar por toda la casa tranquilamente no podía volar por su alita rota y se movía dando saltitos por todos los rincones de la casa, mi madre se pasaba el día diciendo, CUIDADO CON PICHI NO LO PISEIS JAJAJJAAJJ.

Pero un dia, PICHI se coló por una de las rendijas del balcón, no tardamos ni 5 segundos en bajar a cojerlo, pero como siempre todavía quedan personas desaprensivas que no les importa el dolor de los demás y justo cuando PICHI cayo un hombre que lo vio lo cogió y se lo metió en el bolsillo y nos lo quito, preguntamos y nos dijo que no lo había visto, cuando a la mañana siguiente una vecina nos relato que un señor se había encontrado un pajarito y se lo había llevado.

Una vez más mi madre nos dio una lección y es que cuando la vecina se lo conto se sintió feliz porque sabía que su PICHI estaba bien, en otra casa pero bien.

Esta es la historia de mi mamá y su gorrión.

Un beso.

Pd.espero las historias de vuestras mascotas,Luis,tambien me gustaria leer la tuya si esque has tenido mascota alguna vez.Un beso para ti y tu esposa.

Mary dijo...

Maria estoy segurisima que si otto hubiese conocido a pichi serian grandes amigos,aunque seguro que ahora lo son y van campeando por ahí los dos juntos,pichi encima del lomo de otto,como el muñeco feliz y su amigo el perro ¿verdad?.

Un besazo.

Luis dijo...

Cuando era pequeña, Lurdes, mi hija nos pedía siempre un animal de compañía,(para ella sola)decía. Reconozco, ahora pasado el tiempo, que hemos podido comprobar que ocurre lo que tiene que pasar por mucho que tu te empeñes, que nos escediamos en protegerla.
Unos días pedía un perrito, otros un gato.
Dando largas llegó el díade su cumpleaños. Sabíamos que ningún regalo le gustaría si no era un animal. Fuimos a una tienda y pasamos dos horas mirando animales y pensando que podíamos regalarle. Un animal al que hay que cuidar no era posible para nuestras posivilidades. Al fin vimos una pequeña tortuga que parecía que nos miraba. No lo pensamos dos veces y la llevamos en una pequeña pecera con agua y se la llevamos. Su alegría fue inmensa al ver que aquel animal era suyo solamente. Le pusimos de nombre Tomasa. A veces se escapaba porque el recipiente estaba abierto, entonces la buscabamos por toda la casa y siempre se escondía en los lugares más inesperados. Lurdes estaba muy contenta y nosotros de verla como pasaba de bien con su pequeña tortuga.
Había pasado algún tiempo y un día escuche a un médico decir que las tortugas de agua podían trasmitir a los niños fiebres.
Entonces, la tortuga Tomasa fue a buscar a su mamá y parece ser que la encontró. Aunque le costó un disgusto al fin lo entendió, si estaba con su mamá sería feliz.
Saludos
Luis

Maria Naranjo dijo...

LOS ANIMALES DOMÉSTICOS Y YO.
Cuando era pequeña mi animal de compañía era una gata, bastante independiente, ya que su hogar era la calle y vivia donde le daba la gana, pudiendo comer lo que encontraba, sobre todo si había ratones.
Yo creo que me quería, ya que siempre procuraba sentarse encima de mí, clavándome sus finisimas uñas.
-Anda vete y déjame que estoy comiendo. Le daba alguna cosa y se iba de mala gala. Un día se comió el hidado de una gallina enferma y empezó a ponerse triste, al día siguiente se murió.
Pasaron algunos años y el próximo animal que tuve fue un hermoso perro llamado Tarzán. Entonces habíamos cambiado de domicilio y también de región. Vivíamos en una casa llamada "Cambatista" al lado de un río, que aunque el agua no era la más cristalina del mundo, no dejaba de ser un río. En el margen crecían vigorosas, unas bonitas margaritas amarillas que alegraban nuestra casa.
Tarzán estaba atado debajo de un árbol que se herguía esbelto a la entrada de la casa, donde planté algunos rosales que otorgaban belleza al patio. También había un pozo y debíamos sacar el agua con un cubo, incluso para lavar la ropa.
Despues de un tiempo nos mudamos y aquí se terminó la historia de Tarzán, ya que tuvimos que llevarlo a un lugar donde se hicieran cargo, dada la imposibilidad de darle cobijo en un piso con su cosiderable tamaño. Así acabo nuestra relación.
Pasaron los años y en el escenario fueron apareciendo, primero Esther, luego Alicia, Laura y por último llego Rafa.
Ellos querían tener un animal, pero lo más que tuvomos fue un canario, que despues de morir y tener el disgusto correspondiente decidimos no tener otro.
Un año cuando se acercaba el cumpleaños de Laura, nos pidio un animal y pensamos en comprar un par de hánster. pedimos en la tienda que por favor nos entregaran dos hembras, y dijeron que fueramos tranquilos que los animales eran del sexo femenino. Tanto Rafa como Laura estaban contentos y dijeron que se cuidarían de ellos.
Una de las dos hembras no tardo en aumentar la camada, y poco despues se comieron los hijos.
La segunda vez que pario la hembra si consiguieron crecer.
Los regalaron en vacaciones entre sus amigos de la playa.
Resultado: se comieron una parte de la cortina del comedor, todo lo que alcanzaron desde su jaula claro.
Y eso es a groso modo mi relación con los animales domésticos.
¿alguna historia más por favos.
María

Sol dijo...

Lo mío no es más que un suceso triste más que una historia.
Tenía un perro que siempre venía detrás de mi, era cariñoso y se ponía contento siempre que me veía y movía el rabo.
Un día que teníamos que cruzar la carretera del pueblo lo atropelló un tractor. Me dio tanta pena que ya no he tenido más ningún animal. Había pensado no contarlo, pero como veo que habeis contado cosas de todas clases, he decidido contar la mía. Mi perro se llamaba corriente.
Muchos besos para todos.
Sol