ÉL MUÑECO FELIZ

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Pero le conozco, es un muñeco como yo, tiene a su pequeña madre que le quiere, igual que la tuya, también Alicia le quiere y Laura y Rafa, seguro que ahora estarán tristes creyendo que le han perdido. ¿Y que haces tú, enfadarte con él y ni siquiera querías compartir tus juguetes con él, que si todo sigue así tendrá que cambiarse de nombre.

CON ESTAS PALABRAS NOS DEJO ESPERANDO ALONSO Y SU AMIGO PINOCHO. ATRAPADOS EN LA BARRIGA DE UNA BALLENA, NI SIQUIERA ERAN CONSCIENTES DEL PELIGRO QUE ENTRAÑABA AQUEL LUGAR.

-¿Y como crees que se podría llamar?, -preguntó Alonso.

-No lo sé, eso lo tienen que decidir en su casa, las personas que le pusieron muñeco feliz, eso si lo encuentran.

ALONSO CAMBIÓ DE CONVERSACIÓN PORQUE ESTA NO LE INTERESABA.

-¿Que hacemos ahora Pinocho, como volvemos a casa?

-La ballena tiene que dejarnos escapar, se me ha ocurrido que le hagamos cosquillas en la barriga, si se pone a estornudar, seguro que salimos pitando, luego volvemos a casa antes de que se despierten tus padres.

Mira, ve haciendo cosquillas tú por este lado y yo iré por el otro.

Pinocho se alejó unos pasos tambaleantes, ya que no le quedaba otro remedio que bambolearse al ritmo del animal. Comenzó a frotar suavemente la barriga de la ballena. Así había oído decir a su padre que se hacían cosquillas. Unos pasos más allá Alonso movía los dedos en círculo como le había dicho Pinocho. Ya se estaban cansando de frotar y frotar y el pedazo de animal ni se daba cuenta, cuando de pronto, la ballena coge aire y, con el estornudo más grande que te puedas imaginar, sacó a Pinocho y a su amigo, junto con un monumental chorro de agua. Los dos salieron pitando por el aire, y no podrías creerte lo lejos que llegaron. No sabían como podía haber pasado, pero estos dos aventureros fueron a caer en un montón de tierra sucia que tenía un labrador para abonar los tomates que había sembrado.

Ufff, que peste, -dijo Alonso -como puede oler tan mal.

-Esto es estiércol y lo utilizan para abonar la tierra, para los melones, los tomates y también las fresas.

-Que asco, como puede ser eso, ¿no crees que luego olerán mal las fresas?

Que va, ni mucho menos, esto se lo traga la tierra y se fertiliza el campo para que salgan más rojas y jugosas.

-Que raro, yo miraré de todas formas cuando me coma una para ver si les ha quedado tierra pestosa.

Los dos amigos ya habían andado un buen trecho, cuando Alonso se quedó mirando a su amigo y preguntó.

-¿Como es que sabes tú tantas cosas siendo tan pequeño?

No soy tan pequeño como tú crees, tengo mis años, lo que pasa es que tú me ves así porque eres un niño y los niños crecen muy de prisa. Los muñecos somos como nos crearon, pero eso no quiere decir nada, la estatura no es importante, lo que de verdad importa es si eres buena persona, o buen muñeco. Hay gente que es muy larga de cuerpo y más mala que una chinche, pero lo importante es que queramos aprender un poco cada día, si estás atento aprendes muchas cosas y sobre todo es importante aprender a ser buenos con los demás.

Alonso quedó muy pensativo, estaba aprendiendo una cosa que le parecía una barbaridad, le parecía, que toda aquella parafernalia de malos y buenos, de grandes y pequeños tenía que ver con el muñeco feliz, con el hecho de habérselo llevado a casa sin pedirle siquiera permiso. Le costaba un poco aceptar lo que su amigo quería enseñarle. pensaba, que si de dejaba influir por él, tendría que dejar marchar al Muñeco feliz. Pero el sentía que era suyo. Le dio muchas vueltas a este asunto y luego preguntó.

-Oye Pinocho, si yo tengo un muñeco y le cuido bien, si no le meto broncas y le digo que es mi amigo, tú crees que puedo quedarme con él.

Pinocho tardó un poco en contestar.

Mira Alonso, hay gente que se cree que es dueña de muchas cosas, pero sólo somos dueños de nosotros, también tenemos que querer a los demás para que ellos nos quieran. Pero todos tenemos nuestra libertad y nadie debe robarla.

No le estaban gustando nada las cosas que escuchaba, porque si se las creía, debía hacer cambios importantes y no creía estar preparado, por eso dejó de hacer preguntas, porque mira que era marisabidillo su amigo, con lo pequeñajo que era.

LA VERDAD ES QUE HAN TENIDO SUERTE ESTE PAR DE AVENTUREROS. SI NO LLEGA A SER POR EL ESTORNUDO ESCANDALOSO DE LA BALLENA, NO SE YO QUE HUBIERA PASADO.

AHORA TOCA SABER QUE HARÁ ALONSO CON EL MUÑECO FELIZ, AUNQUE RECORDAR, QUE ÉL ES AVENTURERO Y ES CAPAZ DE ESCAPARSE, SI YA LO HIZO SIN PIERNAS, IMAGINAROS CON TODO SU CUERPO COMPLETO.

A MÍ ME HACE PENSAR SOBRE TODO UNA DE LAS PALABRAS DE PINOCHO, ESO DE QUE NO SOMOS DUEÑOS DE NADIE ME PARECE UNA FRASE MAGISTRAL Y VERDADERA. NO SOMOS DUEÑOS DE NINGUNA PERSONA, YA QUE DE VERDAD SOMOS TODOS LIBRES. SOLO NOS UNE EL AMOR.

OS DESEO QUE PASÉIS UNAS BUENAS VACACIONES.

María.

EL RINCÓN DEL LIBRO.