sábado, 29 de enero de 2011

CUENTOS DE ALAN YA ESTOY AQUÍ.....1


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¡Hola soy Alan! ¿Os acordáis de mí? Fue a finales del verano cuando estuve con las chicas de viaje en Ibiza. Con mamá también, porque yo antes sin ella no iba a ninguna parte. La verdad es que lo pasé muy bien.


Entonces no sabía si era niño o niña. Luego pasaron los días y yo que estaba muy atento a todo lo que escuchaba no tardé en saber que era un chico.


La verdad es que a mí me daba lo mismo, pero no tardé en hacerme a la idea de lo que sería en adelante.


Papá y mamá estaban contentos, aunque os diré un secreto: papá, aunque no lo confesaba, estaba tan orgulloso de que yo fuera chico, que sin proponérmelo me lo contagió. ¡Y aquí me tenéis!


Al principio me llamaban personajillo. Como no entendía mucho de esas cosas me parecía bien. Un nombre como otro cualquiera, decía yo. Luego papá y mamá cogieron un libro donde había muchos nombres. Un día de esos que los mayores se reunen para comer, empezaron a leer nombres y más nombres. La verdad es que me estaba mareando. Más que nada, porque me interesaba mucho la conversación. Y con esa costumbre que tienen los mayores de hablar de prisa casi no pillaba nada. Claro, eso no estaba bien, teniendo en cuenta que a mí me interesaba mucho el tema.


Algunos nombres eran feos, otros difícil de pronunciar. A mí eso me preocupaba un poco. No sé si influenciado por las cosas que decían: algo así, como que algunas personas de la familia lo dirían mal. Eso tampoco me interesaba. No sea que empecemos con problemillas familiares tan pronto.


A mí sólo no se me hubiera ocurrido, de no ser por todas las palabras que iba pillando al vuelo.


En fin, pasaron días en los que casi no perdía palabra, pensaba: a ver si me van a poner uno de esos nombres feos. Por eso el día que escuché que me llamaría Alan, primero me quedé quieto, parado, pensando: ¿qué pasa con este nombre?, y al cabo de un rato, me di cuenta que me gustaba. Me veía yo llamándome Alan, ¡porque no!


Ya despejado este dilema me dediqué a disfrutar la vida: salía por hay a divertirme y pasarlo bien; siempre con papá y mamá. Sobre todo, siempre, siempre con mamá.


Creo que le hacía correr a veces y teníamos que visitar el aseo repetidas veces. Otra cosa que hacía era hacerle correr a la hora de las comidas. Porque si yo tenía ganita de comer le decía: mamá, mamá, que estoy que me caigo de hambre. No sé porque sería, pero ella siempre me hacía caso; y eso que soy muy pequeño. Aunque creo que eso no importa, porque soy muy importante para ella, igual que para papá.


La cosa es que me lo estaba pasando la mar de bien. Pero no sé porque sería, que cada día que pasaba estaba más apretado. Los últimos días es que no me podía mover, no tenía ninguna libertad. Estaba contento, calentito y me sentía bien. Pero llegó un momento que me dije. Mira chico, si estoy tan estrecho, que pasa si me voy a otra parte. Os diré una cosa, no tenía ni idea de donde iría a parar. Una noche me dije. Hasta aquí hemos llegado, me lanzo y que sea lo que Dios quiera, aquí ya no aguanto más.


Cuando me lancé de cabeza, mamá como siempre me hizo caso. Despertó a papá y con un frío de perros nos fuimos al hospital. No tenía ni idea de lo que era aquello, pero eso es lo escuché decir.


-¿Y si vamos en el huevo?, -dijo papá.


-Ni hablar, si te empeñas a la vuelta.


No sé que será eso del huevo, porque lo he escuchado nombrar en diversas ocasiones. Lo que pasa es que no le he puesto mucha atención y todavía estoy sin saber que será.


Sigamos, llegamos a un lugar donde parecía que todos querían ayudarme a que aterrizara no se donde. Mientras sea un sitio donde pueda moverme ya está bien, pensaba. Pasé un rato intentándolo, hasta que por fin entre a un lugar donde había mucha luz.


No las tenía todas conmigo, pero pensaba que tenía que hacerme el valiente, como un hombre.


Lo primero que vi fue la cara de papá que me miraba contento como si llorara, aunque yo de esas cosas no entiendo. Pensé por un momento, si se habría enfadado mamá por querer salir hay corriendo a otra parte, porque no la escuchaba y yo conozco mucho su voz. ¡Bingo!, dije cuando oí su voz y me puse loco de alegría. Ella siempre estaba dándome un poco la murga: que si personajillo por aquí, que si Alan por allá.
Cuando la vi me gustó mucho. Pensé: ole que guapa es mi madre.


Alan.


María

4 comentarios:

Mary dijo...

Bienvenido Alan,a este mundo de locos que estoy segura seras el más feliz del mundo,has tenido mucha suerte,te a tocado una familia maravillosa que estan deseando darte el mejor y mas valioso regalo."AMOR".

ENHORABUENA A LOS PAPÁS Y TODA LA FAMILIA...UN BESITO,ALAN.

Luis dijo...

Veo que hay un bebe nuevo: Enhorabuena María, esperamos todas las ocurrencias de ese niño que ya se ve que es un chico afortunado.
Un abrazo.
Luis

Olga dijo...

¡BIENVENIDO,ALAN! Es un placer comprovar que llegaste sin comtratiempos y que tus papás te han gustado,eso suele pasar, aunque los principios son duros je je je.

Deseo que la vida te sonria siempre.

¡MUY DIVERTIDO MARÍA,SE NOTA QUE ESTÁS SUPERFELIZ.
Un besito.
Olga.

Sol dijo...

bienvenido a este mundo Alan.
Seguro que vas a ser muy feliz, no hay más que leerte.
Un abrazo para todos.
Sol