SOY ALAN OTRA VEZ...3

Estoy hecho un lío y no sé por donde empezar. Recordaréis que tenía todo el día la casa llena de gente. Uno me coge, otro me suelta. Vamos que aquello era un no parar. No voy a engañaros, a mí esos mimitos la verdad es que me gustaban mucho. Estaba notando como me

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querían, pero ellos estaban contentos además. ¡Qué más se puede pedir! Hasta aquí todo parece normal. Estoy todo el día con la lechita de mamá, que no me canso nunca ni de día ni de noche pegadito a ella. Bueno eso es por decir algo, porque ese tema de noche o día no tengo ni pajolera idea. Lo único que sé, es que a veces me despierto y todos están callados, o durmiendo. Pero a mí nadie me ha explicado esas cuestiones. Y mira que yo creo que soy espabilado, pero, me tendrán que enseñar ¿no?

Como iba diciendo, mis papis estaban organizando no se qué, pero que no entendí. Era algo así como. ¡Hay!!, esta semana estaremos tranquilos los tres. No se yo que será eso.

Pasé unas horas con mamá que no me deja ni un segundo, parece que nunca haya tenido un niño, porque se le cae la baba. Después que vino papá y ellos comieron (que a veces no les dejo tranquilos), yo me tomé la lechita. Me vistieron con una ropa preciosa: me pusieron unos pantalones de pana como de chico mayor y un jersey bien bonito. Estos dos se creen que estoy a punto de independizarme y pueden ir por hay de juerga loca. Bueno, así de arreglado nos fuimos a la calle. Llegamos a un sitio, donde había una mujer que yo no conocía, ni me parecía familiar ni nada. Me estuvo mirando todo el cuerpo, como si le hubiera dado permiso, pero no se lo había dado. Vaya cosa de mujer más entrometida. Además no acababa de caerme bien. No sé por qué, ya que de esas cosas no entiendo. Decía no sé qué de amarillo. ¡A que voy a ser chino y no me había dado cuenta!!! Noté como mis papis estaban algo preocupados, ¡vaya!, a que va a ser por culpa de la mujer que es un poco borde. Con el poco trabajo que debe costar ser amable, cariñosa, sobre todo con papá y mamá que son los más.......buuuuenos del mundo. ¡Hay!, si yo fuera un poco más grande, ya le enseñaría modales para con mis papis que están con el corazón encogido. Le diría a esa mujer que es un poco borde. Como me tratan a mí, así es como hay que comportarse. Por eso estoy tan contento.

Nerviosillos papá y mamá, subimos de nuevo al coche. Figuraos lo distraídos que estaban, que no me dijeron si íbamos en el huevo o no, y si no era así, ¿donde estábamos montados?

Llegamos a otro lugar y empezaron a preguntarles cosas, que por cierto, otro borde encontramos, otra vez ellos con el corazón encogido, por culpa de un hombre que no sabe hablar; ¡Qué borde!!!!......

A partir de hay todo fue sobre ruedas, porque todos los que encontramos eran muy buenos. Me decían cosa bonitas y eran las chicas cariñosas de verdad. Me hicieron una cosa que no me gustó, pero bueno, me aguanté como un hombre.

Pero a partir de ese momento fue todo un puro misterio. Estaban papá y mamá conmigo, pero yo tenía un sueñito que no me enteraba de nada. Figuraos que había momentos que pensaba que estaba otra vez en la barriguita de mamá. Os acordáis cuando yo dije. Me voy a otro sitio. Pues así me sentía más o menos. ¡No veía nada!, donde se ha visto estar a oscuras, cuando yo ya no perdía detalle.

Otra vez tengo un sueñito.....

Bona nit.

Alan.

María