domingo, 3 de abril de 2011

LÁGRIMAS...RELATO CORTO

florflores.com












LA MARGARITA PIDIÓ UN FAVOR A LA DUEÑA DE LA CASA.

 
LO QUE TÚ QUIERAS-, RESPONDIÓ PATRICIA.

-¿VES AQUELLA PLANTA PEQUEÑA DE MARGARITA QUE HAY AL FONDO DEL JARDÍN?

LA DUEÑA MIRÓ CON MUCHA ATENCIÓN PERO NO VIO NADA.


ENTRE SUSURROS QUEDÓ EL OTRO DÍA EL JARDÍN, ILUMINADO POR UNA LUZ ESPECIAL QUE LO ENVOLVÍA TODO.

Lo siento Margarita, pero no la distingo-, expuso algo apurada Patricia.

-No te preocupes yo te guiaré.

Y como en un cuento fantástico, la Margarita la guió a través de aquellos ojos del corazón que le había enseñado el maestro.

Cuando Patricia estuvo delante supo reconocer a la Margarita de colores, a pesar que todavía no estaba vestida de bonitas flores. Eran tres pequeñas matitas que, al acercarse su ama se pusieron a temblar de emoción. Las cogió con sumo cuidado y las trasplantó junto a su amiga la otra Margarita, la que tanto había luchado por aquella amistad sin pedir nada a cambio.

La Margarita de colores todavía no sabía expresarse porque era aún muy joven y se sentía algo débil, sin embargo, no tardaría en participar en la escuela, donde el anciano Roble le daría sus sabios consejos, para descifrar los secretos de la madre Naturaleza.
Al cabo de un mes, todos los habitantes del jardín habían crecido mucho y una explosión de colorido vestía con sus mejores ropas a todas las flores. Las nuevas plantas eran tres y cada una de ellas lucía un color diferente en cada una de sus flores, haciendo honor a un precioso colorido.
La amiga seguía fiel al blanco de sus hojas, armonizando su delicadeza con el amarillo prestado del sol.

El Roble continuaba impartiendo sus enseñanzas, e insistiendo con todos aquellos que eran reacios a aprender.

También Patricia aprendió que la vida es bella, que de cada situación hay que sacar una enseñanza, también de la Naturaleza que es muy sabia. Se dedicó a cuidar su jardín y todas aquellas plantas que habían sido siempre fieles. Se olvidó de la tormentas, porque a lo mejor no volvían y, si lo hacían, ella sería fuerte para afrontarlas. Miraba al sol cada mañana y le daba las gracias por el regalo sus dones.

La Margarita estaba contenta desde que encontrara a su buena amiga que lucía tan bonitos colores. Hablaban cada día de las peripecias que habían tenido que afrontar, pero de una forma divertida. Pasaban los días, mientras que ellas sólo debían preocuparse de cuidar sus delicadas hojas, de aquel círculo redondito del centro que era en realidad un buen corazón. Hablaban del jardín, de la dueña, del Roble y también de las otras vecinas, que aunque en alguna ocasión hubiesen sido algo impertintes o burlonas, habían aprendido, que lo más importante es ser amables y ayudarse siempre unos a otros. Ya se habían hecho grandes y sus flores se mostraban orgullosas, escogiendo cuidadosamente sus colores. La Margarita blanca admiraba mucho a su amiga porque era capaz de cambiar el tono, incluso el color de sus hojas, hacer dibujos en su colorido y ser diferente cada flor. Ella siempre era una Margarita blanca con el centro amarillo. Le preguntó un día a su amiga cómo conseguía tal prodigio, pero por más detalles que le diera, nunca consiguió cambiar su forma o color.
-Para que quieres cambiar si eres siempre tan bonita-, le respodió su amiga.
Fin.
María

4 comentarios:

Mary dijo...

OOOOOOOOOOOOOOOOOHHH¡! MARIA,QUE BONITO,COMO ME HA GUSTADO,LAS ENSEÑANZAS SABIAS DEL MAESTRO,LA SUPERACIÓN DE PATRICIA,PERO LO QUE MÁS ES ESE SIGNIFICADO EXACTO QUE LE HAS DADO A UNA DE MIS PALABRAS PREFERIDAS..."LA AMISTAD",LA VERDADERA LA QUE ESTA EN LO BUENO Y EN LO MALO,LA QUE TE HACE FELIZ SOLO CON COMPARTIR,LA QUE DÁ SIN ESPERAR NADA,LA QUE ACEPTA SIN CONDICIONES,EN FIN LA VERDADERA LA QUE OFRECE ESTA MARGARITA TAN SENCILLA PERO QUE LA CONVIERTE EN LA MÁS BELLA.

GRACIAS MARIA POR ESTE RELATO TAN BONITO.

UN BESO MUY FUERTE PARA TOD@S. ;o)

Sol dijo...

Qué alegría me he llevado al abrir el blog y encontrarme con este cuento. Con las ganas que tenía de ver cómo acavaba. Me ha gustado mucho. Es una historia preciosa.
Abrazos para todos
Sol

Luis dijo...

Esta historia es bien bonita, enseña cosas verdaderamente importantes que no deberíamos olvidar.
Saludos para todos.
Luis

Olga dijo...

Desde que leo los relatos de MARGARITA, cada vez que paso junto a esa florecilla encantadora, me acuerdo de tí María.
Y aunque siempre la he considerado el símbolo de la sencillez, ahora además siento por ella un especial afecto.

Gracias María por regalarnos tus historias.

Besitos para todos/as