CUENTOS DE ALAN...LOS CUMPLAÑOS NO PARAN

guapo guapo

Me estoy dando cuenta que todas las personas que conozco tienen cumpleaños. Cuando era pequeño, pensaba, que sólo algunos cumplirían años. Pero veo que no. que un día u otro hay que hacer una fiesta en la que se canta ¡cumpleaños feliz! Esta vez le ha tocado al tito Rafa. ¡Ha sido wuai! Hemos ido todos a su casa, y han comido todos. Bueno yo también.

Entre los regalos que tenía el tito había un delantal precioso: en medio de la barriguita tenía una foto donde estamos él y yo, dicen que los dos, estamos bien guapos. No sé si será verdad.

No os podéis imaginar la de cosas ricas que había en la mesa, dos mesas llenas, porque éramos muchos, y todos con ganas de comer, pero mucho. Yo no me quedé con hambre desde luego, porque mami me dio siempre que pedía, y eso que acostumbro a pedir mucho. Todos lo pasamos muy bien. A mí me gusta mucho eso de cantar ¡cumpleaños feliz!

Os contaré más cosas; hay una que me tiene más que intrigado. ¿Cuántos titos puede tener un niño solo como yo? Veréis, yo creía que conocía a mis titos y titas, a las titas primarias, ya está, los conozco a todos, todo controlado. Pues no. El otro día va mami y me dice: Alan, van a venir unos titos de Canarias a verte; ella se llama María Dolores y él se llama Pepe, aunque casi siempre le digo de nombre Bartolo. Cuando seas más grande te contaré por qué.

Llegaron los titos y eran muy wuais. Enseguida se notaba que me querían: -¡Ay!!! que niño tan guapo, si está para comérselo. Y yo me quedo diciendo. A ver, me tengo que poner las pilas muy pronto, porque cada día escucho palabras que no entiendo y me hacen pensar mucho. La verdad, para mí comer es comer, y lo de comérselo no me suena nada bien. Debe ser una de esas cosas que no son de verdad pero los mayores lo dicen, como una broma, vaya.

Han estado más o menos una semana y lo hemos pasado muy bien. Un día fuimos a un museo de chocolate. ¡Madre mía!!!, qué de chocolate había, aunque no lo probé. Es que eran unas figuras preciosas: ¡Había muñecos muy grandes!!, casitas y un montón de cosas más. Todo aquello parecía muy apetitoso, pero yo no lo he probado nunca.

Lo que más me gustó fue una cosa muy divertida que estaba más o menos como en una pantalla parecida a la televisión de casa. Me quedé delante sentado en mi carrito y no podía quitar los ojos de aquellas imágenes tan divertidas que iban saliendo, de la música que me gustaba muchísimo. Hubiera querido acercarme más todavía. Me estaba divirtiendo un montón y entonces nos fuimos. Empecé a protestar y me llevaron de nuevo un ratito más. Y yo vennnga a reír. La verdad es que fue un viaje muy chuli.

 

Otro día fuimos a una masía grande a comer y al día siguiente estuvimos en Montserrat, una montaña grannde, grannde como no he visto ninguna.

Bueno ya me duermo.

Bonanit.

Alan