sábado, 19 de noviembre de 2011

LOS CUATRO EN EL OTRO LADO


Claudio de Lorena

La estancia acogedora está bañada por una luz tenue, que llenaría de paz a cualquier ser. Los cuatro hombres van moviendo las fichas del dominó, tan concentrados, como si fuese lo más importante de sus vidas. Cada uno de ellos han llegado por caminos diferentes y espaciados en el tiempo, pero al final se han encontrado. No se sabe si por casualidad, o porque los designios del cosmos así lo han querido; luego, cabe la posibilidad que aquellas mentes se atrajeran por afinidades. Lo cierto es que allí estaban, llenos de dudas a veces y otras, intentando desvelar el nuevo entramado que les rodeaba y sólo poco a poco, deberían ir descubriendo.

-No hagas ninguna jugada tramposa Santiago, mira que estoy atento. Ni tú tampoco Rafael, no sea que por hacer trampas, tengáis que volver para atrás y dejéis el juego a medias, -dice Miguel con una sonrisa socarrona.

Paco queda pensativo con las palabras del compañero y, después de una reflexión expone concentrado sin embargo en la jugada.
-Yo me pregunto una cosa, el sitio en el que hemos estado antes, ¿podríamos decir que es el purgatorio? Toda la vida nos han dicho, que antes de entrar aquí, teníamos que pasar por esa antesala, para luego entrar a un lugar mejor, pero la verdad es que me estoy haciendo un lío.
-¡Vayaaa!, si tú estás en ese plan, imagínate cómo puedo estar yo, que todas esas cosas siempre me han sonado a chino, -expone Miguel en tono jocoso.

-Pero si estamos aquí y hasta podemos jugar al dominó, eso será porque las mujeres tenían razón, -indica Santiago.
Ya no llevaba el aparato en el oído y sin embargo escuchaba perfectamente, todas y cada una de las palabras de sus contrincantes de juego, de la misma manera que le ocurría a Paco.

-Joroba un poco, pero creo que no nos queda otro remedio que darles a ellas la razón y, si nos estuvieran escuchando, seguro que se troncharían de la risa y dirían -. Estáis viendo, ya os lo decía yo.

-De todas formas yo no he visto a Dios, y eso también lo decían y aquí al parecer no hay manera de reclamar ninguna cosa, -indicó Miguel con su acostumbrado escepticismo.

-No seas bruto hombre, cómo puedes pensar que esto es llegar y besar el santo: lo primero es que los méritos que hemos hecho en el otro lado, no sabemos de qué manera se califican aquí.
María

3 comentarios:

Mary dijo...

La verdad es que la conversación de estos cuatro amigos da mucho que pensar y a la vez te reconforta de que queda la posibilidad de recordar a tus seres queridos en otra vida, puffff es complicado todo este tema, miles y miles de preguntas sin respuestas.

Un besazo para todos¡!

Sol dijo...

Estos incrédulos están descubriendo un nuevo mundo.
A ver si nos cuentan algo más.
Sol

Luis dijo...

Vaya sitio más misterioso, tengo curiosidad por ver que pasa con todo esto.
Luis