jueves, 3 de mayo de 2012

CUENTOS DE ALAN...OTRA VEZ DE VIAJE A LERIDA

Alan mirando la comida, a ver si le toca algo

Cuando nos subimos en el coche pensé, ¿Dónde iremos que no he escuchado nada?, porque ahora voy mucho a mi bola. Como también venía la tita Cristina, empecé a pensar que aquel viaje ya lo conocía yo. Fui todo el camino mirando los árboles que había por todas partes, los pajarillos que iban volando de aquí para ya.
No sé si os he dicho que en casa tenemos un pajarillo. A mí me gusta mucho verlo volar aunque sea poco dentro de la jaula. Si no lo sacamos pronto al balcón empieza a cantar, aunque no canta mucho. A lo mejor eso no es cantar y es así como habla. Yo todavía no sé mucho de pájaros, sólo conozco al que tenemos en casa y los que veo volar por hay. También veo muchos que vienen a visitar a nuestro pajarillo al balcón. Creo que él se pone muy contento cuando los ve y entonces cantan o hablan, no sé. Aunque hacen una cosa fea, se hacen caca en nuestro balcón. No sé si está mal o no, pero yo pienso que podrían hacerla en otro sitio.
A veces cuando los veo, me acuerdo de cuando era pequeño y me gustaba hacer algunas veces una travesura de hacer pipí cuando me cambiaban. Pero como se reían, por eso volvía a hacerlo. Ahora si tengo gana me aguanto y espero que me pongan el pañal. Creo que eso está bien y nadie se entera.
No sé si los pajarillos cuando sean grandes harán lo mismo que yo. Aunque no tengo ni idea de cuando crecerán, porque siempre les veo igual; el nuestro por lo menos, todos los días está igual de grande.
Bueno sigo contando lo del viaje, que ya sabéis que cuando me acuerdo de alguna cosa tengo que contarla, porque si no, luego me olvido, (por eso de la edad y todo eso). Seguimos por la carretera un rato: yo sentado detrás con la tita Cris, que yo ya sé que lo pasa muy bien cuando va conmigo y se pone muy contenta. Cuando pasó mucho rato llegamos al piso que ya conocía. Cuando llegó el tito Rafa dije. Ya estamos todos. Yo me relamía pensando donde iríamos a comer. Tuvieron una idea buenísima. Fuimos a uno de esos sitios donde hay mucha gente y todos comen. Imagino que habrá mucha comida. Yo estaba esperando que mami sacara la mía y me la diera antes como hace siempre, pero no ocurrió así: ¡fue alucinante!, (esa palabra acabo de aprenderla), ¿a que es guai? Miraba yo atento mientras pedían a la camarera y luego ella lo traía todo. Entonces empiezan a darme de la misma comida que ellos ¡Qué bueno estaba todo!! Comí patatas, una cosa que se llama croquetas, y de tan emocionado que estaba ya no me acuerdo de nada más. Pero sí os digo, que me dieron más cosas todavía. Fue una noche estupenda. Luego dormimos todos en la casa de los titos, que me gusta mucho, porque además duermo con mis papis. Aunque ellos dicen que ya soy grande y tengo que dormir solo. Pero os digo un secreto, es que a mí me gusta dormir con ellos.
Por la mañana fuimos a desayunar al mismo sitio de la otra vez. Todos se dieron un banquete: escuché pedir al camarero pepitos de crema, chocolate y no sé cuántas cosas más que ahora no me acuerdo. Pero la verdad, es que en ese sitio tan bonito, con los titos y mis papis lo pasé requetebién.
Después de pasear un rato, nos encontramos con la tita Alicia y Alex; luego con los yayos, ya sabéis que ellos no se pierden nada. Entonces nos subimos todos en los coches. Yo iba pensando, ¿A donde iremos ahora? Enseguida lo supe, en cuánto llegamos delante de la puerta, ya me acordé de aquella casa: es la casa donde viven los papás de la tita Cris, los papás y los hermanos. Os acordáis que se llaman: María, Manel y Anna; que Anna es la pequeña y se llama igual que su mamá, también el papá se llama igual que su hijo. Esta vez eran igual de simpáticos que la otra. Como ya sé lo que hacen los mayores, ya sabía que iban a comer, porque siempre están comiendo. Claro yo también, que además es lo que más me gusta.
Estaba la mesa puesta, muy grande con muchos platos y copas y todo eso, y además eran muy bonitos, que a mí esas cosas me dan mucha alegría. Trajeron unas bandejas muy enormes, con una cosa que creo que se llama caracoles. Me parece que se los comieron todos, porque al final en la bandeja no quedaba ni uno. Debían estar buenos, lo digo porque yo no comí, espero que me den algún día, porque a mí me gusta probarlo todo. Pero no sólo comieron caracoles, había muchas más cosas y todos. ¡Venga a comer!, hasta que lo acabaron. A lo mejor no es que comen  tanto, es que yo si sólo estoy mirando porque ya he comido me parece que es mucho.
Luego los postres; madre mía cuántos postres. En una bandeja había unas frutas tan bonitas, que me las hubiera comido todas. Tenían todos los colores y además estaban adornadas preciosas. Luego había más cosas. Me dieron de una que estaba riquísima y escuché que se llamaba nata. ¡Pues qué rica está la nata!, es que hubiera estado comiendo toda la tarde de aquella cosa tan buena que se llama nata.
Estuvimos un rato más hablando, porque los mayores hablan mucho. ya sabéis que cuando yo busco las palabras a veces no las encuentro. No creáis que no hablo nada, que ya digo muchas cosas, en realidad todas, pero parece que las digo de una manera que algunos no me entienden.
Luego fuimos de paseo a un sitio muy bonito, era como una casa, pero más grande que una casa. ¡Ah!, se me olvidaba, ese día también estaba la iaia de la tita Cris, Es una iaia muy simpática que me decía muchas cosas. Además es guapa.
Bona nit
Alan  

3 comentarios:

Luis dijo...

A que velocidad te haces grande Alan. Eres un regalo del cielo.
Muchos besitos.

Anónimo dijo...

Eres fantástico Alan. Sigue así

Sol dijo...

No sabes Alan qué bien lo paso leyendo tus historietas. Estás guapísimo. Un besito muy fuerte.
Abrazos para todos.