jueves, 20 de diciembre de 2012

EL CUENTO DE NAVIDAD QUE SE PUEDE CONTAR EN EL 2012


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La niña estaba triste. No sabía que pasaba en casa, pero ella notaba algo en el ambiente: sus padres apenas hablaban y estaban casi todas las veces como ausentes. Algo tenían en la cabeza. Ella escuchaba atenta para ver si lo descubría, Pero ellos no decían nada. La besaban y la abrazaban. Ese calor era bueno. Pero algo estaba sucediendo.
Su mundo era muy sencillo. El cariño de sus padres, el colegio, las amigas. No tiene que ocurrir nada que no sea bueno. Pero había algo que se colaba en su mente, en sus sentimientos que no la dejaba disfrutar de las cosas.
Pronto llegaría la Navidad y en clase estaban ensallando villancicos que hablaban del Niño Jesús, de sus papás y de aquellos animales que había en el Portal de Belén. En aquellos momentos ella se olvidaba que había algo que no era bueno, pero que no sabía lo que era. Un día se atrevió a sincerarse con una de sus amigas. Ésta le dijo, que en su casa también pasaba algo parecido, pero tampoco sus padres decían nada.
Fueron pasando los días implacables. Llegaba la noche buena: los belenes, los nacimientos. A veces veía resbalar una lágrima sobre el rostro de su madre. El padre trataba de conservar la calma, pero no lo conseguía del todo. Un día escuchó unas palabras mientras creían sus papás que dormía. Hablaban de la Navidad.
-No tendremos un techo siquiera para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. No sé qué haremos, como le vamos a decir a nuestra hija que no tenemos donde vivir, que no tenemos nada después de toda una vida trabajando. La madre sollozaba y el padre trataba de consolarla. La niña pensó que no podía ser verdad lo que escuchaba, aquello era un sueño. Su cama era suya, las paredes de su cuarto también lo eran.
Pensó entonces, que muy cerca había visto un Papá Noel y le había sonreído al pasar. Se deslizó la niña de la cama sin hacer el menor ruido y con el mismo sigilo salió a la calle. Estaba decidida. Ella siempre pedía los deseos a los Reyes Magos de Oriente, pero según había escuchado, aunque fuera un sueño o una pesadilla es que en Navidad no tendrían un techo para vivir. Pensó en un vagabundo que estaba siempre en el barrio y todos le daban algo de comer. Se sintió muy triste pensando que no podría comer , ni ver la tele, ni jugar con sus juguetes, si no tenían donde vivir eran bagabundos. Cuando llegó a la plaza,  Papa Noel estaba solo en aquel sillón grande. Se quedó mirándola y le preguntó.
-¿Ya sabes lo que quieres?
-Sí, quiero que mi casa sea mi casa y mis papás, sean siempre mis papás y no sean bagabundos.
Papá Noel la miró fijamente.
-Comprendo lo que quieres decir.
Se fue pensativa la niña, pero cuando había caminado unos metros se volvió y dijo.
-Por favor, también quiero que los niños de mi clase que se han quedado pobres y no tienen para comer tengan mucha comida. ¿Podrás hacerme los dos regalos Papá Noel?
-Lo intentaré.
Y llegó el día del desahucio. Llevaron a la niña al colegio y esperaban que cuando llegaran los policías a echarlos a la calle no lo viera su hija, era demasiado cruel. Ese día la dejaron a comer en el comedor. Cuando salió por la tarde, empezó a ver unas estatuas como de sal congelada. Unos policías estaban congelados, eran como de piedra. A la salida del banco, había señores con traje y corbata de estatuas. Estaban por todas partes. Como la niña no entendía nada se fue a la plaza a ver si aquello tenía que ver con el deseo que ella le había pedido a Papá Noel. Él estaba en su sillón, tranquilo con la cara alegre.
-Papá Noel, ¿que les ha pasado a los señores de la corbata y a los policías?
-Tú pediste un deseo, seguramente, con esos señores sueltos, la Navidad no hubiese sido feliz, ahora ya tienes tu casa, y tus amigos poco a poco dejarán de ser pobres, y estaréis contentos y tendréis un futuro.
-Pero qué pasa con ellos, son una estatua.
-Así están mejor.
-Pero son muchos, ¿donde estarán?
-Los llevaremos a un museo para que las personas honradas puedan vivir felices como se merecen.
La niña se fue corriendo a casa y al llegar encontró una gran sorpresa: había un árbol de Navidad y en la esquina del comedor un pequeño belén, y su casa era su casa, y sus padres eran sus padres y  no eran bagabundos.
Durante días, muchos hombres y mujeres se convirtieron en estatuas. Entonces accedieron a gobernar personas honestas que sólo deseaban el "Bien Común", buscaban con su quehacer diario soluciones para los problemas de los ciudadanos de todo el país, en vez de incrementar sus patrimonios. Para nada les servía el dinero a las estatuas. Los niños fueron felices otra vez porque ya no eran pobres, ni sus padres eran bagabundos, porque lo que importaba en aquel país era el "Bien Común", el bien de todos los ciudadanos. La niña fue a la plaza buscando a Papá Noel, pero no le encontró por ningún sitio. Entonces escribió una carta que decía así:
Querido Papá Noel. te he buscado para darte las gracias, pero imagino que te has ido ya. Quiero pedirte otro favor aunque estés lejos. Envía a alguien para vigilar lo que hacen los hombres y las mujeres para que no tengan que convertirse más en estatua y para que los niños puedan ser felices.
Un besito de una niña que ahora está contenta.

María  
 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este cuento es la realidad más grande que se pueda escribir. Espero que lo de convertirse en estatua sea posible dentro de la magia de la navidad. No hay derecho a destruir un país por culpa de unos pocos ambiciosos, que son demasiados.

Luis dijo...

Es fantástico que papá noel convierte en sal a todos los que nos han hundido en la miseria. O que el banquero que se ocupaba alegremente de los desahucios recibiera un castigo ejemplar.
Me encanta

Maria Naranjo dijo...

Hola a todos.
Deseemos todos juntos, que este año que se acerca nos permita tener esperanza de nuevo, alegría e ilusiones. Que los jóvenes recuperen el protagonismo que les pertenece, ya que ellos son el futuro. Por eso, por favor, no les quitéis el presente.

Sol dijo...

Este cuento está que ni pintado. Espero que sigan congelados, si no es que estén dispuestos a cambiar. Me ha gustado mucho.
Aprovecho para desearos un año nuevo mejor.
Abrazos para todos