miércoles, 16 de enero de 2013

CUENTOS DE ALAN...NAVIDAD...NAVIDAD...DULCE NAVIDAD

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una navidad feliz

La Navidad creo que es lo mejor que conozco. Todo lo que pasa en esos días es emocionante. Cuando faltaban pocos días, ya estaba toda mi familia preparando cosas para celebrar la Navidad.
Llegó la noche buena y el Caga Tió estaba esperando con su gorrito rojo y negro, y con sus ojos que miran siempre para el mismo lado, su sonrisa y su cara de contento. Aunque no me extraña, con todo lo que come por la noche, que no deja nada en el plato de lo que le damos para comer. De las cáscaras de mandarina no deja ni una. Bueno, ni de cáscaras ni de nada, porque parece que le gusta todo: las galletas, los bizcochos. ¿A que va a ser como yo de comer que me lo como todo? La yaya me decía, -Toma Alan ésta galleta y se la pones al Caga Tió para que coma.
-Si claro, se la voy a dar, para eso me la como yo, y empiezo a morder la galleta.
-¡Alan!, esa es para el Caga Tió, ¿por qué te la comes tú?, como quieres que cague si no le das de comer. Al fin me convenció y le di un trozo. Pero ella por la noche le da mucha comida. Mis papis también le dan mucho de comer al que tenemos en casa.
La noche buena comimos muchos en una mesa muy grande que los otros días no está. Eran titos y primos: y el tito Rafa y la tita Cris, y la tita Alicia y el tito Alex y otros muchos titos. La Érica , el Arnau y yo comimos de prisa y nos fuimos a jugar. Lo estábamos pasando muy bien, cuando vino mamá y dijo.
-Vamos a ver que hace el Caga Tió. Los tres nos pusimos contentos y fuimos corriendo a la salita donde estaba esperando el Caga Tió. Donde está también el ordenador de la yaya donde vemos al pillín. El Caga Tió tenía una manta que le tapaba el cuerpo, no como los otros días que se le veía todo el tronco. Pero no le tapaba la cabeza, ni los ojos que miraban siempre para el mismo lado, ni la risa de todos los días. Nos dio mamá un palo y dijo que le diéramos palos y le cantáramos una canción. Como yo no la sabía, la cantaron todos y yo escuchaba para aprenderla. Entonces nos fuimos otra vez a jugar. Apenas habíamos empezado y otra vez mami, que vayamos a ver al Caga Tió. Al llegar levantamos la manta: había cagado cuatro bolsas de chucherías. Dos eran para dos niños que no habían venido a comer, y las otras dos para Érica y para Arnau. Para Alan habían cagado galletas, un paquete entero. También dos cuentos: uno de pegatinas con animales y muchas cosas más.
El otro cuento es de un niño y una niña que se llaman Alan y Alicia y son muy amigos. Luego tienen más amigos que se llaman: una niña Laura, la otra Cristina y otra Esther, el niño se llama Rafa. Van a muchos sitios y tienen muchas aventuras. Un día preparan las maletas y se van de viaje en el tren rápido que es el ave.
Cuando nos levantamos a la mañana siguiente era navidad, nos vestimos y nos fuimos a casa de la tita Alicia y el tito Alex; la casa de la piscina, pero ahora no nos bañamos porque hace frió. Allí también estuvimos comiendo mucho rato. Porque parece que en navidad hay que comer mucho. También estaban los papás del tito Alex. Después de comer, como había regalos, estuve repartiendo los regalos a todos. Para mí había un cuadro de Alan: yo estaba subido en medio de la luna, mirando para abajo una casita muy bonita. La tita me dijo, que en esa casita estaban mis papis, y por eso miraba yo para abajo. Aunque había regalos para todos, yo ahora no me acuerdo de ninguno.
Después de comer nos subimos en el coche y nos fuimos a Madrid.
También en Madrid era navidad y fiesta. Los abuelos estaban contentos de vernos, a pesar que estuvieron en nuestra casa hace poco. Cada día íbamos a ver a unos titos o amigos. Que si el tío Fito y la tía Mari Carmen, que si comíamos cocido. Que a mí los garbanzos me encantan y me los como todos, todos los que me pongan.
Un día nos encontramos con los titos de Granada, los que se llaman Ana Belén y Álvaro, que estaban con su niño, el primo Alvarillo. Estuvimos jugando. Aunque ese día él estaba resfriado y no tenía tantas ganas de jugar como cuando estuve yo en Granada. Pero de todas formas lo pasamos muy bien, porque cuando se está de vacaciones siempre es divertido. Ese día también estaba el primo Alonso, que se ha puesto muy grande. Él para jugar se tira por todos sitios. Y como yo puedo hacer igual que él me tiro también.
También estuvimos con mis amigos Inés y Gonzalo, Gonzalo ahora es un poco bruto.
A los pocos días vinieron los Reyes Magos. Ya estábamos otra vez en casa y los papis trabajando. Por la tarde fuimos a ver a los Reyes en una cabalgata de muchas carrozas que llevaban muchos juguetes para los niños. Pero creo que también llevaban regalos para los mayores. Allí habíamos muchos niños con nuestros papás y todos queríamos que los Reyes nos miraran. Yo flipaba, porque había música y eso es lo que más me gusta. Cuando estaba bastante cerca, le tiré un besito con la mano a un Rey que tenía la cara negra y él me vio y me tiró otro a mí. Fijaros lo emocionado que llegaba a estar. Los tres Reyes llevaban unas ropas muy raras, seguramente los Reyes se visten así. También iban los pajes de los Reyes y todos ellos tiraban muchos caramelos.
Por la noche, después de la cabalgata, papá y mamá dijeron: -mira Alan, mientras tú duermas pasarán los Reyes Magos, le vamos a poner galletas y también agua; porque ésta noche trabajan mucho para llevarle juguetes a todos los niños y al final les da hambre. Yo dije. -Vale, pero también le ponemos papilla. Lo dejamos todo preparado y nos fuimos pronto a dormir. Porque parece que los niños tienen que estar dormidos para cuando pasan los Reyes con los juguetes. Por la mañana se lo habían comido todo, no habían dejado ni una migaja. Entonces vimos, que no sólo se habían comido las galletas, la papilla y bebido el agua, que también habían dejado regalos: para los papis también y para mí un tren y un ordenador. Todavía no he tenido tiempo de ver como va el ordenador. No sé si será como el de la yaya donde vemos muchos días al pillín: y veo a muchos titos, y primos y a Casimir y Lola cuando estuvimos en su casa de vacaciones. 
Entonces nos fuimos a casa de los yayos a desayunar. Cuando llegamos ya estaba todo preparado: el chocolate y unas tortitas que estaban muy buenas y comí muchas. Pero antes vi que había regalos y antes de comer tenía que repartir los regalos. Porque a mí me da igual para quien sean, lo que más me gusta es repartirlos. No me acuerdo lo que trajeron a todos, aunque me acuerdo de algunas cosas. A mí me trajeron una cuchara pequeñita para comer. También me trajeron un tren, pero además con la vía uno y la vía dos, y una estación para que esperen los pasajeros como en la estación de Sugur. También árboles, señales y los señores que llevan el tren. También me trajeron unas zapatillas para que tenga los pies calentitos. También una caja con vales: eso es un papel donde dice. Vale por una noche de canguro, vale por una tarde de canguro y cosas así. Eso estaba dentro de una caja de bombones. Después de desayunar montamos la vía uno y la vía dos y estuvimos viajando un rato.
Luego nos fuimos los titos Alicia y Alex y los titos Rafa y Cristina a casa a comer. Los yayos también. Pero ya sabéis que ellos se apuntan a todo. Los papis habían preparado una comida muy buena y comimos mucho.
Ya os dije antes que en mi casa también había algunos regalos. El roscón de reyes estaba muy bueno. Como había uno grande y uno pequeño, yo cogí el pequeño y empecé a comérmelo. Cuando llevaba un rato, me di cuenta que no podía acabarlo. Tampoco ellos pudieron acabar el grande, y eso que vinieron también a comer el roscón la prima Gema y sus papás.
Bona nit
Alan
 

4 comentarios:

Luis dijo...

Me alegro que las fiestas de navidad y reyes hayan sido tan estupendas. Ya veo que lo aprovechas todo para pasarlo bien.
Creo que se acerca tu cumpleaños. Aprovecho para felicitarte el primero, ya que soy tu más fiel seguidor.
FELICIDADES ALAN

Anónimo dijo...

Que maravilla. eso es pasarlo bien. Que tengas un año feliz, feliz.
Un besito

Sol dijo...

Alan, te quiero como si te conociera.
Un besito y que tengas un año estupendo

Pkt dijo...

Aysssss, que estas navidades ya se ha enterado de todo.
Un besote para mi niño, y sobre todo para la yaya que escribe estas historias tan divertidas.