La dictadura dura, dura y dura... en la genética de un país.
Desde que Franco murió,
hay lacras que no han cambiado.
Larvadas no las dejó.
De nuevo han resucitado.
La corrupción por doquier,
la miseria intelectual
y la envidia... hacen crecer
la hipocresía social.
La Democracia formal
ha perdido su valor.
La justicia está muy mal.
La economía, peor.
El bipartidismo ahoga
iniciativas solventes.
Los banqueros, con la soga,
están colgando a las gentes.
Ayer algunos no fueron
capaces de gobernar.
Y, con el tiempo, cayeron
en el lucro y el medrar.
Comenzó a desarrollarse
una suerte de ladrones
que hicieron evaporarse
nuestros euros por millones.
Con el dinero evadido
y el gobierno apocopado,
el país se quedó hundido.
Y el pueblo, semi-arruinado.
Otros vinieron después
prometiendo soluciones.
Y están haciendo al revés
-sin mediar explicaciones-.
Todo nos lo están quitando:
libertad, casa, dinero...
Siempre estuve trabajando.
Ahora soy... ¡Un pordiosero!
Si protesto, me apalean,
me multan y me aprisionan.
En reprimir se recrean.
Después, los jueces perdonan.
Me duele que "mis" gobiernos
actúen con tal vileza.
Y que tengamos que vernos
en tan infame pobreza.
Habrá que romperse el pecho,
volver a echarnos al monte
ganar derecho a derecho,
la lucha en nuestro horizonte.
La calle será escenario
de mil manifestaciones.
Y las huelgas, a diario,
las únicas soluciones.
(otoño de 2012)
Luis Arranz
2 comentarios:
Un poema realista y precioso
Votar es elegir tu verdugo.
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