martes, 26 de marzo de 2013

PAPÁ Y YO SOLITOS EN MADRID

Tres generaciones

Cuando preparamos la maleta para irnos a Madrid, yo pensaba que íbamos los tres. Puede que me hubieran dicho que viajábamos sólo chicos. Pero como estoy siempre hablando y con mis juguetes, mis cuentos, el tren rápido, los puzzler, pues a lo mejor me lo decían y no me enteraba. Me acuerdo que me pregunto la yaya que con quien iría a Madrid y le dije que con papá y mamá. Pero ella no dijo nada y seguí pensando que sería como siempre que vamos juntos los tres.
Esa semana mamá y yo estábamos resfriados. No sé si estábamos malitos como la princesa del cuento, que se puso malita y tuvo que ir un hechicero para curarla. Para eso, Rafa tuvo que coger la luna y llevársela a palacio para que ella le diera tres besitos, y entonces se puso buena. Mamá y yo teníamos mucha tos y estábamos juntitos todo el día, porque ella no podía ir a trabajar por estar malita. Yo la cuidaba mucho y le daba besitos igual que la princesa a la luna. Le daba muchos, y decía ella que así se pondría buena muy pronto.
Una mañana nos levantamos: mami se fue a trabajar y papá y yo a Madrid. Nos fuimos en un tren que no era rápido hasta llegar a Barcelona y allí cogimos el ave que sí es muy rápido. El yayo vino con nosotros a la estación, pero no se subió al ave porque él tenía que volver a casa.
Cuando llegamos a la Estación de Atocha nos estaban esperando los abuelos tan contentos como siempre. Nos fuimos a su casa y estuve jugando con muchos juguetes y viendo dibujos en la tele.
Al día siguiente fuimos a esperar al primo Alonso al cole, se puso contento cuando nos vio, pero luego se enfado y tiró el chocolate que se estaba comiendo al suelo. Estuvimos viendo titos y primos, y también amigos de papá y sus niños. 
Cuando se fueron los abuelos de vacaciones, papá y yo nos vinimos a casita. Al bajarnos del ave nos esperaba el yayo y nos fuimos a casa porque teníamos mucha gana de ver a mamá. Yo no había estado nunca tantos días sin verla y la verdad, que ya tenía mucha gana de darle besitos y pellizquitos.
Como nos habíamos levantado temprano tenía mucho sueño, y cuando me dio papi de comer me quedé dormido como un tronco. ¡Qué alegría me dio cuando abrí los ojos y vi a mami! Ella me miraba muy contenta y nos dimos muchos abrazos y besitos. También tenía gana de ver a la yaya y darle pellizquitos.
El mismo día que llegamos de Madrid, en cuánto dormí una siestecita, ya me vistieron para ir a Barcelona, porque el tito Alex inauguraba una heladería. Así que nos fuimos a la estación del tren otra vez. Allí encontramos a los yayos y también venían la Bio y la Cari y nos fuimos todos juntos.
Yo siempre saludo a los señores y a las señoras, también a los niños. Por eso cuando nos bajábamos del tren le dije a un señor que estaba sentado al lado nuestro. -Adiós señor, voy con la Bio y con la Cari, -y él dijo, -Muy bien, adiós.
Yo creo que eso es lo que hay que hacer; y cuando alguien me dice una cosa que creo que es bonita le digo, -gracias o de nada.
Al llegar a la heladería, vi que había muuuuuchos helados; en cuanto llegamos le dije al tito: -tito Alex, dame un helado de tres bolas mismo.
Uhmmm, qué rico que estaba el helado, me lo comí todo y hasta comí patatas. Había mucha gente y me decían cosas, aunque yo no me acordaba de ellos. A lo mejor es porque conocían a mis papis y entonces es como si todos fuéramos amigos, que eso es lo que a mí me gusta. Como éramos tantos, había que estar también en la calle porque no se cabía. Lo pasé tan bien, que muchas veces me acuerdo y hasta siento el sabor tan rico en la boca del helado. ¡Uhmmmm! Qué cosa más rica. Después nos fuimos a casa otra vez en el tren y aquella noche soñé con helados, muuuuchos helados.
Otro día os contaré más cosas.
Alan

3 comentarios:

Mary dijo...

Que way ¡¡¡¡ un viaje solo de chicos, Alan ami también me gustan los helados soñar con ellos y mas comérmelos¡¡¡

muchos besos guapoooo¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Alan, veo que no pierdes el tiempo. Tú si que sabes.
Un abrazo campeón

Luis dijo...

Cómo me gustría divertirme como tú lo haces Alan. Seguimos esperando tus aventuras. Besitos