miércoles, 27 de agosto de 2014

DEL LIBRO AMANECER...

qué silueta más preciosa

Cuando me retiré a dormir aquella noche, mis ideas eran un río casi desbordado. Todo aquello que estaba viendo y sintiendo era algo muy hermoso. Había momentos que la curiosidad por todo aquello que no comprendía se magnificaba y deseaba que aquel caudal de preguntas llegara a su destino, sin embargo, recuperé mi fuerza de voluntad y me mantuve silenciosa, mirando y escuchando con atención a la criatura maravillosa que llenaba mi vida de luz. Deseaba recrearme, por otra parte, en los acontecimientos que habían entrado en mi existencia.
Tenía la impresión que había aprendido mucho, pero ¿cómo podían caber tantas cosas en sólo dos días? Me resultaba, en cierto modo, extraordinario. Era como si concentraran un mundo de historias, experiencias y situaciones misteriosas, las introdujeran en una bola de cristal y te invitasen a contemplarlas. ¿Llevaba sólo dos días en aquella increíble ciudad?, o tal vez la percepción del tiempo se me revelaba de una manera incomprensible. Se mezclaban acontecimientos, sensaciones y vivencias nuevas, y se producía en mi mente una amalgama de sentimientos y emociones indescifrables. Era como si de aquel increíble lugar surgiera una magia que permitiera acortar o alargar el tiempo a voluntad.

María

No hay comentarios: