miércoles, 10 de diciembre de 2014

CUENTOS DE ALAN, IRENE Y LUCAS

Los tres intrépidos

Casi no tengo tiempo de contaros las cosas que me pasan, porque no paramos de ir a sitios divertidos. Hemos estado un fin de semana en un picnic, otro, en una fiesta en Tortosa que hacían unos amigos de mis papis. Había cosas de comer, música que podíamos bailar y en una pared, era como si fuera una película y salían fotos y cosas divertidas. 
Este fin de semana hemos estado en Lérida en casa de los titos Rafa y Cris. Además de comer muchas cosas buenas que nos habían preparado, estuvimos en una pista de hielo. Eso es muy divertido: yo patiné con unos patines especiales y sólo me caí una vez, y poco. Por la noche, nos quedamos a dormir en la casa de los titos en un colchón que es de aventuras y dormimos muy bien toda la noche.

Me gusta mucho ir al colegio; ya conozco los nombres de los niños de la clase de las tortugas. La clase de las tortugas es la mía. Mi señorita se llama Isa y es muy buena. Algunos niños se portan mal y no hacen lo que les dice la señorita: Alex casi siempre se porta mal y hace lo que le da la gana. Entonces la Isa tiene que castigarlo. A la hora del patio lo deja sentado en una silla para que piense. No sé lo que piensa, pero después se porta mal otra vez. Yo voy muy pronto al colegio, porque tengo que ir a la clase de acullida, allí estoy con otros niños desayunando y también jugamos un rato. Cuando es la hora nos vamos a la clase de verdad para hacer lo que nos toca ese día. No hacemos muchas cosas, pero a veces pintamos. Los martes hacemos sico, eso es divertido, tenemos que tirar a una montaña para no darle, tiramos a un lado y a otro, pero no a la montaña. Cuando terminamos, la derribamos todos y eso es lo más divertido. También hacemos más cosas. Ahora estamos haciendo un belén para la navidad entre todos los niños de mi clase.
A veces le ayudo a mamá a hacer muchas cosas, cuando hacemos pasteles, siempre, y cuando tenemos que programar la thermomix, siempre le ayudo y los pasteles salen muy buenos. Papá e Irene no nos ayudan a hacer pasteles, pero les gusta comérselos igualmente.

Alan

Cuando Alan se va al colegio yo puedo jugar con todos los juguetes y nadie me dice nada. Bueno a veces no me dejan coger todo lo que yo quiero y algunas me enfado y chillo un poco, pero poco. Es que ahora me gusta subirme en una mesa pequeña y los yayos no me dejan. Pero la Bio, una amiga de mamá, el otro día me dejo subirme en una mesa pequeña que tiene en su casa. No sé porque no me dejan los yayos. En casa, los papis han puesto una cosa en las puerta y ya no puedo abrirlas para coger cosas y ponerla por el suelo, que eso es lo que me gusta. En casa de los yayos no hay nada en las puertas, aunque algunas no las puedo abrir porque están muy duras, y aunque hago muchas fuerzas no puedo. A mí me gusta sacarlo todo. También me gusta jugar con los juguetes. Hay un juego que es para poner las piezas por el agujero, y el castillo de lego también es divertido porque hacemos muchos edificios, luego ponemos al niño arriba de todo vigilando. Los coches y las motos también me gustan. Hay un cochecito que es el que más me gusta porque corre solo y tengo que ir a cogerlo corriendo.

Irene

Ahora lo paso muy bien en la guardería. Hay niños como yo y jugamos en el suelo. Tenemos muchas cosas de colores que me gusta que estemos todos niños allí para cogerlas. Por la mañana me lleva papá a la guardería y me quedo un rato. Después viene también papá a recogerme y nos vamos a casa los dos. Entonces me da de comer y yo a veces me duermo un rato. Luego viene mamá y dice muchas cosas para que yo me ría, porque a mí me gusta mucho jugar y reírme. Los fines de semana vamos a casa de los yayos, y tengo dos. Tengo que aprenderme los nombres, pero ahora, nada más sé que son mis yayos y que se ponen contentos cuando me ven. A mí también me gusta mucho cuando los veo. Lo que también me gusta es ir con mis primos: Alan es más grande que yo y me cuida mucho. Irene también es más grande que yo, pero menos que Alan. Ella creo que es más bruta, porque a lo mejor quiere acariciarme para jugar conmigo, y sin embargo me da unos manotazos que me da un poco de miedo.
Ya no lloro por cualquier cosa, ya no me duele la barriguita como cuando era pequeño y tenía que decírselo a mamá. Ahora me dan de comer muchas cosas y no saben igual: a veces me lo como todo, pero otras no me lo como y espurreo para que no me den más.
¡Ahhh!, se me olvidaba deciros que voy a la piscina y buceo y todo, me dejan debajo del agua y voy para arriba yo solo.
Yo soy Lucas


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