lunes, 20 de julio de 2015

CARTAS DE LOLA


Hola Ernestina: 
me ha alegrado tu carta, ya sabes que te añoro y la idea de que vuelvas me parece fantástica. Pero no quisiera que dieras un paso tan importante por el mapa esperanzador que a veces dibujo en mis cartas. Una cosa son las ilusiones y otra la realidad. 
Por el momento las prácticas son las mismas. Cierto que personas de responsabilidad tienen el deseo de cambiar las cosas y ponen todo su esfuerzo por resolver problemas: la pobreza, el paro y algo tan sangrante como los desahucios. El drama de este crimen continúa. Es cierto que en algunas comunidades han llegado a despropiar a algún banco y rescatar la vivienda, pero las prácticas de esta injusticia son el pan nuestro de cada día. Los depredadores no sueltan su presa y los van aniquilando lentamente. Después de un proceso vergonzoso, de injusticia por la justicia, que parece que está dentro de la ley, luego un juez autoriza que unos señores que están para defendernos lleguen y saquen a rastras si hace falta a las personas y las lancen a la calle como si fueran poco menos que animales, pero a los animales no se les trata así. Bueno, pues aquí a las personas se les trata mucho peor. Llevan años sin ni tan siquiera buscar soluciones a un problema tan sangrante. Este robo viene haciéndose, mientras que en los bancos, unos señores utilizaban unas tarjetas con las que podían, además de su sueldo gastas verdaderas fortunas. Para los que estamos esperando la paga para poder comprar lo indispensable, es una verdadera vergüenza. Pero esa palabra creo que aquí no la conocen muchas personas. Qué pena que los jueces hayan hecho una carrera que sirva para destrozar a buenas familias que no han cometido ningún delito, que algunos, ante la impotencia y desesperación por tanta injusticia han llegado a suicidarse. Esta maldad la suscriben los bancos y la rubrican los jueces.
Nadie parece pensar en la repercusión que esto tendrá para los menores, verse despojados de todo lo que es su hogar, su seguridad y su futuro. El coste moral es incalculable. Los que tienen problemas de salud, ya puedo imaginar como aumentarán sus dolencias ante sufrimiento tal.
No deseo mal a nadie, pero a todos los responsables de un hecho tan criminal, espero tengan su merecido algún día. 
Es por eso que a pesar de tener ganas de verte, te pido que reflexiones, que pienses que estamos indefensos ante los poderosos.
Pienso a menudo en este problema de los desahucios. Pero, en el fondo, creo que todos tenemos una parte de responsabilidad: si cada vez que esos señores que están para defendernos van a cometer un acto tan criminal, estuviésemos mil personas delante de la casa, ya veríamos si se atrevían con una marea semejante impidiéndoles el paso, esto una y otra vez, hasta que hubiesen entendido que tienen que haber otras soluciones. ¿Por qué no lo hemos hecho?, no lo sé amiga, pero también deberíamos haberles impedido a los responsables entrar en sus casas, para que sepan lo que es. Todo pacíficamente, sin alzar la voz, pero resueltos a cumplir con nuestro deber.
Un abrazo.
Lola
  

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