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Bum de la construcción:
Las colmenas humanas se habían levantado
con bloques de cemento sin control,
materiales de baja calidad
que no aguantaron mucho tiempo.
Hacinamiento y masificación.
Dinero fácil, rápido, para unos pocos,
pelotazo continuo y enriquecimiento injusto.
La gente sobrevive como puede
(la gente pobre, sobre todo),
y puede poco en este irremediable
y consentido caos.
Educaciones fallidas por leyes trapaceras,
proliferando alucinógenos,
masas alienadas,
crímenes y suicidios.
Recuerdo a Sartre con su Náusea.
La juventud perdida (sida, drogas)
de una generación abandonada a su suerte
definitivamente.
¡Qué tristes y enigmáticos los senderos humanos,
las cartas del destino!
Políticos mediocres, aún hoy,
sin consciencia de Estado
campean a sus anchas sin que nadie los frene.
Y los mendigos proliferan sin futuro.
Me duele aquella España invertebrada
de la que hablaba Ortega,
que sigue repitiéndose
con desaparición de clases medias
y fuga al extranjero de los mejores cerebros,
descapitalizando el país.
Larra, otra vez, se hubiera suicidado.
Periferias urbanas desnortadas:
Los que pueden, regresan a sus lugares de origen
con la mitad de la familia a cuestas,
la otra mitad quedóse en el camino.
Se sucede la náusea
en todo el territorio nacional,
vomitiva epidemia de desesperanza.
Ante este paisaje desolado
de difícil salida,
poco importa si apuras o no tu gin tonic.
Francisco Quintana
1 comentario:
Estas letras trasmiten esa desolación de la que Quintana habla y la verdad siento pena y miedo!!!
Besos.
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