Mariposas del alma
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Quisiera ser
flor para perfumarte
quisiera ser
aire y perderme en el aire,
en los
recovetos del tiempo y del espacio.
Soy
vagabunda que busca un rincón,
el rincón
donde tú habites.
Soy piedra
transida de esperar.
Cae la
lluvia, pasa el viento y sigo aquí,
aquí. Soy
una mota que espera ser arrastrada por la brisa.
Soy al fin,
la estrella que busca mi estrella,
soy los ojos
que buscan tus ojos,
soy la luz
apagada que busca tu luz.
Sabes, el
mundo es un caos, un caos indiscutible,
un guión con
renglones torcidos;
es
destrucción, ambición, pura locura.
Soy un
tiempo muerto a la espera.
Cuando tú
quieras, ¡llámame!, iré enseguida,
¡llámame!, dejaré
atrás el caos, ese que me duele,
el que
abofetea a todos los hombres de bien.
Te seguiré
ligera, alegre, el vuelo de un pajarillo seré, y seremos mariposas del alma.
Y cuando un
día, alguien me recuerde,
entonces, y
solo entonces todo estará bien.
María.
Veintidós largos años. La oscuridad acecha por los caminos, el aire se nubla porque tu luz está lejos. Una estrella luce desde ese punto a donde yo miro. Tú me miras y yo, que puedo intuir las cosas que me dices, avanzo de prisa, lleno mi mente de muchas cosas, intento que sean agradables, que ocupen los rincones que quieren aferrarse al recuerdo. Pero el recuerdo ha de ser seleccionado en el punto que las dos queremos. Los puntos negros han de quedar atrás, alejados de nuestra mente y nuestra alma. La tuya más pura que la misma pureza, más ligera que el viento y más blanca que la nieve.
Hemos encontrado un espacio donde las dos sabemos entendernos, sabemos hablarnos y escucharnos, y así avanzamos en esta vida, que hemos decidido que es bella.
Somos dos almas que un día se encontraron, no sé en qué momento decidimos no separarnos; enfrentarnos al viento, al sol, a las estrellas y a la luna. O quizás nos aliamos con ellos. La fórmula, no sé cual es, pero sé que es. Conseguimos comunicarnos, amarnos y no perder de vista ese día esperado, que sea tangible el encuentro soñado.
Sueño con tus ojos. No quiero olvidar esos tonos que configuraban los más preciosos colores. Me pregunto, si son igual los que ahora me miran, o acaso son una suerte de magia que todo lo puede. Que puede cuidarnos a todos los que te amamos.
Siempre busco las hondas para elevarme, para llegar hasta a ti sabiendo que me escuchas. Me gusta hablarte, me gusta amarte, pensar en tus ojos, tu sonrisa y mirar tu pelo de reflejos siempre vivos.
Como siempre, en este día quiero hablarte.
Todo mi amor hija.
María
2 comentarios:
Solo una luz muy potente, puede inspirar palabras tan bellas.
Inventar un tobogán hacia arriba, es una gran idea.
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