No quiero ver lágrimas de luna
ni ver esas burlas de las estrellas
ni escuchar gozos ni miserias
que tienen a buen recaudo solo ellas.
¡Tampoco quiero!
Ondulantes figuras astrales
con arrogancia cada mañana
que se introducen impunemente
en el jardín de roja ventana.
¡Tampoco quiero!
El vacío que dejan las ausencias
húmedo ,penetrante, !tan molesto!
envuelto en abismo desolador
que araña quejidos sordos del viento.
¡Tampoco quiero!
Corazón de algas ya sin ventrículos
tienen que desdoblar los sentimientos
que dejan las hojas rotas, y débiles
con el dolor, tristeza, y sufrimientos.
Entre las estrellas.
Va caminando el alma en movimiento,
sigue altiva ¡tan bella, tan ardiente!
Contiene algo que a mí ya me sorprende;
como esconde su daga impunemente.
Gracia. E
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