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Igual que un ángel
de ojos fieros
hacia ti de nuevo volveré,
y te daré besos helados
como la luna.
Y al llegar la aurora
marcharé con el rocío
de la mañana
y me perderé en la niebla
del olvido,
como un recuerdo,
como amor helado
lejano y olvidado.
Y miraré de nuevo a lo lejos
esa curiosa mirada
de mujer galante
que hacia nosotros se desliza
como un rayo blanco
con los sones de la música
irritante y seductora,
semejante al grito lejano
del dolor humano.
Y seguiré adelante
solo y sin recuerdos.
Las brumas y la niebla
son mis aliados.
Todo se pierde en la
niebla del olvido.
Después, cuando la niebla
se disipa
aparece la memoria
clara y cruel,
llena de recuerdos.
Y hay que volver a empezar,
porque nadie, nadie
vuelve atrás.
Francisco Muñoz
1 comentario:
Francisco muñoz escribe sus poemas con mucha fuerza. Le gusta plasmar los vaivenes de la vida. Se altera con las guerras y sufre. Pero, en este poema nos muestra otra de sus facetas, romántica y espontanea.
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