sábado, 22 de marzo de 2025

 

Miradas.

 

La calle está casi desierta. La carnicería ya hace rato que se abrió, porque los dueños son muy madrugadores. Un sol tímido apunta por encima de los tejados y, poco a poco el día se va abriendo paso, ofreciendo siempre la oportunidad de apresar emociones y sentimientos, que podemos guardan en un baúl para los buenos recuerdos. Cada minuto, es un tesoro que ya no volverá.

Dos mujeres hacen la compra en la carnicería y aprovechan para contar la última. –Al vecino del cuarto segunda se lo llevó anoche la policía. –Ya sabes, cosa de drogas como siempre. La carnicera parece atenta a las chuletas que corta con destreza, pero en realidad no pierde detalle y al final pregunta: ¿Quien es ese al que se han llevado? Entonces la conversación es a tres, los detalles se van enumerando, de tal manera, que parece una película de misterio muy interesante. Cuando entra una clienta nueva, las secuencias comienzan de nuevo. A media mañana, nadie podrá reconocer la historia, porque sin decidirlo nadie ya es otra película; en realidad nadie la reconocería como aquella que se dijo a primera hora. Es difícil mantener la versión real, tengamos en cuenta que la imaginación de las personas es muy rica. Gracias a esta circunstancia, podemos ver tanto, buenas películas como leer libros preciosos.

La caja de ahorros está abierta desde las ocho en punto, en la primera hora entra poca gente y los empleados pueden hablar de forma distendida. El dinero entre sus manos no crea ninguna ilusión pues, su destino es volar de mano en mano. Es un trabajo como otro cualquiera y ellos lo organizan todo a primera hora para la jornada. No tardarán demasiado en entrar todo tipo de clientes. Entre ellos, alguna señora algo mayor que quiere cobrar su pensión.

-Oiga, déme mi paga, –dice la señora

- ¿Pero, la quiere toda? –La señora queda pensativa, no se decide. -También podría guardar una parte en la cartilla y venir otro día a buscar el resto. El empleado está acostumbrado y desarrolla cada día un ejercicio de paciencia infinita. La mira, le sonríe, y cuando ha transcurrido un cuarto de hora, porque buscar la mejor decisión no es tan fácil, vuelve a preguntar.

–Si me llevo los 500 € de una vez, no me quedará ni un céntimo en la cartilla, y eso no es bueno, ¿verdad?, porque siempre puede surgir un imprevisto, a lo mejor si saco 100€, pudiera ser que me durara más, porque si no tengo todo el dinero en casa, no podré gastarlo alegremente.

-Angustias, ¿ha decidido usted ya del dinero que quiere?

-Mira, he pensado, que podría llevarme 100€, bueno o no, mejor sería llevarme 200, así ya no tengo que venir tan pronto, pero claro, si tengo que pagar algunos recibos, también lo gastaré pronto y tendré que volver. ¿A ti te importa que vuelva pronto?, o prefieres no verme más hasta el mes que viene cuando vuelva a cobrar la paga.

 –Que cosas dice usted Angustias, usted no ve que yo estoy encantado de verla siempre que viene. A mí, que la gente se mosquee, que mueva la cabeza en señal de desesperación mientras usted duda, no es cosa que me incumba, usted a lo suyo, pero, ha pensado ya el dinero que quiere.

–Vale, dame 100€, bueno no dame 150€, pero dime, eso cuanto es en pesetas.

Al lado mismo de la caja hay una cafetería, bueno en realidad, es un tostadero de café, se venden los paquetes con los granos molidos y cerrados al vacío o enteros, a gusto del consumidor. Pero también en el local hay mesas y sillas preparadas con buen gusto, en cada una de ellas, hay un pequeño florero, con unas florecillas preciosas que da mucha calidez al establecimiento. Puedes tomar un riquísimo café, un cortado, o el tan recurrido café con leche y un crusan. Por las mañanas siempre está bastante concurrido, luego ya más tarde existe un lapso de tiempo en que está prácticamente vacío. La dueña aprovecha entonces para organizar su casa, ya que vive allí mismo. La cafetería sigue abierta de todas formas, todavía permanece el delicioso aroma de café que impregna cada rincón. 

 

Como cada día, el hombre es puntual, a las ocho y cuarto se apoya en el quicio del establecimiento de la caja de ahorros, para mirar la casa de enfrente. Siempre lo hace con disimulo, como si estuviese allí por casualidad, intenta mirar como si no mirara nada en concreto, se hace el distraído, pero sus ojos no pueden apartarse de otro quicio de la puerta de enfrente. Suspira y procura no ponerse nervioso. ¿Y si no se asoma hoy a la puerta? –ese pensamiento le produce tal sufrimiento, que cree que no podrá soportarlo. No hace calor, pero el hombre casi tiene perlada la frente de sudor casi frío.

 – ¿Que le pasará hoy, porque tarda tanto? -al pasar a la caja un cliente le saluda.

-Buenos días.

El hombre ni le ha escuchado, está en otra parte. La puerta de enfrente parece que se abre, ha creído escuchar un chirrido, ¡Ya está ella!, la ha visto y una luz radiante alumbra el mundo entero. Se recrea mirando como se abre la puerta. La silueta de la chica aparece y la alegría baila con su amigo júbilo. Toda la calle se vuelve de colores, el aire es agradable y él se siente acariciado, mientras un cosquilleo le recorre de arriba abajo. Ella, al principio como cada día, parece que no mire a ningún sitio en concreto, se hace la despistada, pero, como si una fuerza superior la obligara, gira el cuello para mirar al hombre. Los ojos se encuentran. Parece que surgen chispas en el aire, rayos y truenos, igual que en la película “Como agua para Chocolate”, cuando los cuerpos de los protagonistas se encuentran al final.

Los ojos del hombre, la mirada de la chica son una misma cosa que se funden y no pueden separarse. El hombre se siente muy cansado de llevar tanto rato en la misma postura y se sienta en el escalón de la caja de ahorros, pero los ojos no se han desviado ni un milímetro de aquellos otros ojos que le miran.

 

La carnicería, está llena de clientas animadas con una conversación que no acaba, porque cada clienta nueva, ha de informarse de lo acontecido en el barrio.

Angustias acaba de salir de la caja de ahorros. Se queda mirando al hombre y descarada, empieza a mover la cabeza y, a decir palabras que nadie escucha.

La cafetería está repleta y el olor delicioso de buen café se mete por la nariz. La calle está muy transitada, pero eso queda ajeno de las miradas cruzadas. El hombre sigue allí, la chica le mira, están acomodados en un mundo idílico donde no cabe nadie más, donde sus miradas, son mariposas que planean libremente con sus alas preciosas de colores. El mundo real se evapora cada día cuando ella sale al quicio de la puerta. Es tan dulce su mirada, es tan maravillosa su silueta, que el hombre lo daría todo por un minuto de ver aquellos ojos de cerca, si él pudiera algún día rozar su mano, debe ser muy suave –piensa. La ha soñado tantas veces. Es más tersa que el terciopelo, más que la seda más pura.

 

 

El reloj de la iglesia toca las horas, pero él no pone atención, no quiere saber qué hora es. Si lo supiera, a lo mejor debiera marcharse. Posiblemente en su casa le necesiten, desde que murió su esposa hace ya mucho tiempo, es él quien debe hacerse cargo de todo. Sus cinco hijos, nacieron preciosos, pero tres de ellos, al llegar a una edad todavía infantil se detuvieron sus mentes, quedando atrapadas en esa infancia estática, imposible ya de avanzar. Es por eso que siguen siendo como niños pequeños. Dulces y entrañables, pero como bebes. Son dos chicas y un chico, son buenos, pero necesitan de un adulto que los guíe. Una de las chicas es la menor de los tres y ya tiene cincuenta y un años. De los cinco hijos que tuvieron, sólo dos eran listos. Pero no, él no quiere pensar, ahora no puede preocuparse porque ella está mirando, y eso a él le borra todos los pensamientos, todas las preocupaciones. Los dos están en una burbuja aislados del mundo, donde no existe nada que no sean sus miradas. Cuando suenan de nuevo las campanadas, al fondo de la calle aparece una mujer, siempre llega a la misma hora, se acerca a la chica y la abraza como si fuera una niña pequeña. Es así desde que nació. Su cuerpo ha crecido, pero su mente ha quedado detenida en punto donde todo es inocencia, pureza y dulzura, aunque haya cumplido los veinte.

–Hola cariño, ¿has desayunado? todo lo dejé en la mesa para ti. Ella sonríe, se da media vuelta para entrar a casa, se vuelve y dedica la última mirada del día de hoy. No volverá a salir hasta mañana.

FIN

 

 

miércoles, 8 de enero de 2025

 


                                                                      la más preciosa

AÑORANZAS

 

Se me fue tu voz

casi sin darme cuenta

y entonces me quedé vacía.

Se diluyo en el viento tu mirada

y todo se quedó sin luz.

Tu sonrisa se borró en el tiempo

Y me sentí muy sola.

 

Desperté una noche negra

y no pude encontrarte.

Absolutamente abatida

me fui en pos de tu mirada,

 

me diluí en la nada

buscando el hogar del viento,

y persiguiendo una luz, encontré una estrella.

¿Dónde vas? Preguntó ella.

-Solo busco la luz, su sonrisa,

siempre persigo su voz,

¿Dónde podré encontrarla?

Me miro sonriente.

¿Acaso tú no la ves?,

no escuchas el rumor de voces,

ese murmullo que te habla,

esa luz que te persigue,

¿Por qué no la ves?

Con su voz cálida

me dijo muchas cosas,

que nada estaba lejos,

que todo estaba aquí

muy dentro del corazón,

al otro lado de mis ojos

casi tocando mis manos

pidiéndome una sonrisa.

 

Entonces me senté a esperar

en la entrada de la puerta,

seguro que volvería

para quedarse conmigo.

 

Escuché entonces sus pisadas

ligeras como la brisa.

Una paloma sobrevoló el aire

y tú volviste junto a mí.

 

María

miércoles, 30 de octubre de 2024

POETAS... María

 

                                                                       LO MEJOR, UN LIBRO

POETAS


En un grupo de poetas,

ni todo es bueno

ni todo es malo,

pero si son sentimientos

que nos llevan de la mano.


Son ramos de margaritas

que perfuman con su olor,

son las gotas de rocío

y el canto de un ruiseñor.


Son historias dinámicas

que brotan del corazón.

Son las ganas de aprender,

es el placer de admirar,

es el silbido del viento

que nos viene a saludar.


Es una estrella fugaz

que nos envía su luz,

es el cálido rincón

que acudimos sin faltar.


Son las ganas de vivir

que nos salen al camino

con las pequeñas historias

que nos regala el destino,

poniendo en cada poema

el alma y el corazón

para luego compartirlo

con ilusión y fervor.


Y es que es la poesía

regalo de sabios dioses,

es una alfombra de flores

por caminar cada día.


Cada cual tiene su estilo

cálido y conmovedor

y no importa que no sean

de los versos, el mejor.

 

María

jueves, 17 de octubre de 2024

CUENTOS DE DANIEL, NICO, TEO Y ADRIANA...


                                                              La pandilla inseparable
 

Me llamo Daniel y hace tiempo que no cuento mi vida. Una de las cosas más interesantes que me han ocurrido últimamente, es que he asistido a un concurso de TV3 de cocina. Yo quería ir a cocinar, pero, parece que era pequeño y entonces me invitaron para ser jurado. Fue muy divertido probar las comidas y todo eso. Había unas galletas muy buenas que yo las boté. Fue una experiencia muy interesante, que luego podía presumir con mis amigos.

En el cole, aunque no me vuelva loco, porque me hacen trabajar mucho, pero hay cosas interesantes que valen la pena.

Este verano ha sido chulo: hemos ido a un pueblo de Italia y nos hemos divertido un montón. Después a un campin a la playa que también tenía piscina. Un día vino a vernos la tita Esther y los primos y fue de lo más divertido. Es que con todos los primos yo lo paso muy bien. Ahh, me olvidaba, que hace muy poco, fuimos a Madrid a ver el Rey León. Fue muy divertido para los cuatro, porque yo creo que mis padres también se divirtieron. Mi hermana se divierte siempre. Yo creo que es un poco loquita. Lo quiere hacer todo como si fuera una niña grande. A mí, una de las cosas que más me gustan es, cuando nos reunimos todos y estamos todo el día con los primos: jugamos en la colchoneta, si es verano nos lanzamos a la piscina de la tita Alicia, que un fin de semana nos quedamos a dormir y todo. Fue como una aventura estupenda. Cuando vinieron los papis a buscarnos, yo no me quería ir, y eso es porque lo pasé muy bien.

Bueno, tengo muchas cosas más que contaros, pero otro día os cuento, porque me tengo que ir al cole, que el autobús no espera.

Daniel.

 

Por si no os acordáis, soy Nico, el mellizo de Teo, y el hermano de Lucas. Este año no hemos ido a muchos sitios de vacaciones, pero, es que no hacía falta. Desde que vivimos en la casa nueva podemos divertirnos sin salir demasiado. Bueno, estuvimos en Segur con los yayos, íbamos a la playa cada día, esa playa es estupenda y podemos alejarnos nadando. La yaya dice, que no hace falta que vallamos a Mallorca nadando, pero no hemos ido nunca, creo que es una broma.

Bueno, ya empezamos el cole hace mucho, pero además hacemos muchas cosas; una de ellas es música, Yo ensayo la batería que me gusta un montón. A veces hacemos bolos en un sitio de Castelldefels. Lucas canta, y Teo que ahora ya no quiere ensayar la batería y quiere la guitarra eléctrica, como no estudia mucho la canción, pues todavía no ha hecho bolos. Este curso, nos hemos apuntado a básquet, que ya lo hace Lucas, así iremos a entrenar cuando salgamos del cole. Y todavía hacemos más cosas de deporte.

Pero quiero contaros una cosa muy emocionante: dentro de pocos días será nuestro cumpleaños, de Teo y mío, porque parece que ser mellizos, es que nacimos juntos.  Seguro que lo pasaremos muy bien, haremos una fiesta para celebrarlo, porque ya cumplimos siete, y eso es muy importante. Pues un día vendrán mis amigos y haremos una fiesta, y otro vendrán todos los que son de mi familia, y como vendrán todos los primos, y eso ya es una fiesta.

Nico.

 

Yo soy Teo, y aunque no os escriba mucho, tengo muchas cosas que contaros. Creo que ya ha pasado el verano y ya estamos en el cole y todo eso. Los fines de semana nos vamos con mamá a hacer una excursión a la montaña, A medio camino encontramos un bar, entramos y nos comemos un bocadillo, luego volvemos a casa. Mi casa es muy divertida: tenemos una colchoneta para saltar, tenemos una piscina superguay, aunque solo para verano, aunque el otro día yo me lance al agua. En un espacio que tenemos abajo, estan todos los instrumentos musicales: el piano, las guitarras y la batería, y más cosas. También tenemos una tele por si queremos ver alguna película.

Después del cole vamos a una escuela de música. A Nico le gusta mucho la batería y le gusta mucho ensayar. A mí, ahora no me gusta tanto, porque prefiero tocar la guitarra. Lo que pasa, es que para tocar la guitarra hay que estudiar más. Pero es que yo pienso, que me gusta mucho jugar y aprovechar mi infancia. Por eso, cuando hacen bolos, que Nico toca la batería y Lucas canta, (porque eso es lo que le gusta), yo voy a verlos, pero todavía no participo. 

Dentro de pocos días será nuestro cumpleaños, ahí vendrán los primos que jugar con ellos es muy divertido y pienso que lo pasaremos muy bien, ya que haremos una fiesta para los amigos y otra para los que son nuestra familia. También vamos a una escuela de básquet, donde ya va mi hermano Lucas. Pero él ya hace partidos. Mi cole es chulísimo y la profe guay.  Yo tengo gana de que llegue ese día y ya tendré siete años, creo que eso es importante.

Por cierto, yo después de cenar, subo arriba, me ducho, me lavo los dientes, pongo mi despertador, a las siete para ir al cole, y entonces me acuesto, ahora en la litera de arriba. Y como tengo que dormir ahora, os dejo hasta otro día.

 

Teo

 

Soy Adriana, que no sé por qué me dejan la última. Algún día quiero ser la primera. Os cuento cosas. Ya han pasado las vacaciones y todo ese royo y hemos vuelto al cole con mis amigos donde lo paso fantástico. Pero no quiero decir que no me han gustado las vacaciones, porque hemos estado en Italia, en un campin aquí más cerca, que hasta vino un día la tita Esther y los primos, con lo bien que lo paso con ellos. También fuimos un par de veces a Segur. Los yayos siempre quieren que me quede con ellos, pero yo sin mis padres no tengo ganas de quedarme. Es que estoy más acostumbrada a estar con el pa y la ma. Algún día me quedaré, aunque no sé cuándo. Pero quedarme en casa de la tita Alicia sí quiero. En esa casa, con los primos, los instrumentos musicales que tienen, es divertidísimo. A que la tita Esther también me gusta quedarme. El otro día estuvieron en nuestra casa y fue un día maravilloso. Como se quedaron a dormir, yo quise dormir con mi primo Alan. Con Irene estuve todo el día haciendo manualidades. Como tenía tantas ganas de que vinieran otra vez, le envié un audio a la tita, para decirle que se habían dejado una cosa, es para que vengan otra vez.

Tengo también un primo pequeño, y ya no soy yo la más pequeña. Pero lo veo poco. Es un niño muy guapo. Bueno, me voy al cole.

Adriana

miércoles, 16 de octubre de 2024

 

SÓLO SOY UN POEMA                          

 

Quiero que seas feliz                    

que sientas calma cuando me mires,

que las letras se cuelen

por un resquicio hasta llegar a ti.

 

Que sea un baile y escuches la música,

que te dejes llevar por la armonía,

que vuelvas a mirarme

y si puede ser sonrías.

Y en ese baile de letras,

donde se esconden los

sentimientos más nobles

te fundas conmigo.

 

Si estás triste,

te hablaré del nacimiento del sol,

recitaré el brillo de las estrellas

el misterio de la luna.

 

Cómo baja el agua cantarina del río

trotando entre las peñas.

 

Te puedo hablar del tiempo pasado,

de la nostalgia que siempre acecha.

Rozaré tus manos y sentiré tu aliento,

y esperaré que seas tú misma:

alegre, tranquila y en paz.

Entonces me sentiré importante,

danzaré alegre gracias a tu boca.

 

Quisiera que todo estuviese dentro de mí,

tener la fuerza del viento

y conseguir que no haya guerras,

ni padres sin trabajo

ni tampoco niños tristes.

 

Que el miedo se borrara de las mentes,

que hubiese esperanza, ilusión para los jóvenes

y un futuro sin trabas.

Porque eso es posible

si no fuera por seres mezquinos y egoístas,

esos que empobrecen la sociedad

que llevan al caos, y destruyen la paz. 

 

Pero creo que estoy concebido para otra cosa,

para enseñarte un atardecer,

para acariciar tus ojos,

para arrancarte la sonrisa más bonita,        

y aquí estoy, con mis ojos blancos,       

porque sólo soy un poema.   

 

María

martes, 15 de octubre de 2024

DEDICADO A LAS CHICAS Y CHICOS DE ATENDIS, QUE ME TIENEN ROBADO EL CORAZÓN

 

Yo no hablo, mi hermano dice palabras, palabras que dicen cosas, pero a mí no se me da bien. Yo le miro y pienso, que aunque sea difícil para mí, puedo empezar por imitarlo. Lo escucho con mucha atención, me voy a mi cuarto y ensayo las palabras que dice mi hermano. Bueno eso es mucho decir, pero al menos digo una palabra, luego digo otra y, me hace feliz. Y escucho a mi perro ladrar, y hasta eso me parece bonito y, pienso que yo no voy a decir menos cosas que mi perro.

Yo puedo comunicarme con mi hermano, casi nos miramos y ya nos entendemos, los gestos, los movimientos y sobre todo las miradas. Mi madre a veces nos mira y sonríe, y viene y me abraza. Si consigo que mi hermano me entienda me pongo súper contenta. Creo que no hay nada mejor que una madre, y que un hermano, un padre también. Yo sigo ensayando, sin que nadie me vea. Otra cosa que me hace feliz es cuando escucho una música suave, y me pongo a danzar yo solo sin que nadie me vea, entonces mi cuerpo no pesa, me muevo como si fuera un soplo de viento. Pero tiene que ser bajita la música, porque el estruendo o ruidos muy fuertes, es que se me rompe mi cabeza, pero si es suave, el ritmo se me mete dentro.

Seguiré trabajando y, conseguiré todo lo que me proponga.

 

María

miércoles, 22 de mayo de 2024

PIKACHU... UN BUEN GATO... MARÍA...

                                                             el auténtico Pikachu



 Yo soy Pikachu, soy un gato. Yo cuando nací era muy pequeñito, y conmigo nacieron otros tres gatitos más, eran tres bolitas de pelo. Bueno, yo era también una bolita de pelo. Parece ser que mi madre no podía alimentarnos a todos. Y entonces vino la que ahora es mi madre y me llevó a su casa. Me encantó. Al rato llegaron tres pillines que llegaron como una tromba. Yo no sabía dónde meterme: me cogieron y me apretujaron que yo no sabía ni que hacer, pensaba,  estos me matan, así que me quedé quieto a ver qué pasaba. Cuando se cansaron de quererme, o de querer matarme, se olvidaron un poco y se fueron a sus cosas. Yo me quedaba quieto sin moverme para que se olvidaran de que yo estaba en su casa. Como era un bebe, me daban leche con un biberón pequeñito. Como me alimentaban muy bien crecí muy de prisa y, sin darme cuenta ya era uno más de la familia. El hermano mayor de los tres pillines se llama Lucas, y los otros dos que son iguales, pero no se parecen en nada, se llaman: uno Nico y el otro Teo. Yo ya soy más grande y no me dan miedo como cuando era un bebe, y además los quiero. Ahora vivimos en una casa grande que tiene un jardín y una piscina. También tienen una colchoneta para saltar. Pero no me meto en la piscina, porque yo ya sé lavarme solo, en la colchoneta tampoco, ya que eso de dar saltos no es lo mío. Yo me voy para el jardín, o para el campo donde hay árboles, o me subo arriba a las habitaciones y me paso el día por ahí dando vueltas. A veces vienen los abuelos y yo los escucho, pero me hago el loco, ya que con ellos no tengo tanta familiaridad. A veces los escucho decir: donde está Pikachu que no lo he visto, pero yo no digo ni pío.

En la casa de al lado ha venido un gato, que resulta que es una gata. La verdad es que es muy bonita. A veces nos acercamos a la valla para vernos de cerca y charlar un poco. Os confieso que ahora estoy más contento, y cuando me despierto, lo primero que pienso es donde estará la gatita.

Algunos días viene mucha gente, vienen unos papás con sus niños: el más grande he oído que se llama Alan, una niña que es más o menos como Lucas y se llama Irene, estos vienen con su mamá y son una familia. Pero luego vienen otros padres con un niño y una niña. El niño es Daniel y en cuanto llega se va a jugar siempre con Lucas y se ponen a hablar de esos juegos que tanto le gustan a Lucas. Se ve que a Daniel le gustan de la misma manera. También le deben gustar bastante a Alan, porque a veces trae juegos y los cambia con Lucas. A Nico también le gustan y le gusta hablar del tema con su hermano mayor. Sin embargo Teo, que es muy independiente, acostumbra a jugar con la pelota, a buscar su caja de herramientas y se pone a hacer agujeros en cualquier madera inservible, pero él disfruta así, yendo a su bola.

Pero queda un personaje más, y qué personaje, se llama Adriana y es la más pequeña, pero ella quiere hacer todo lo que hacen los más grades. A la piscina se lanza desde pequeña como si de verdad supiera nadar, a saltar la primera. Y sobre todo quiere estar con Irene, que es la única niña que había cuando ella nació, además de cinco chicos, que suelen ser bastante brutos. Aunque en realidad, más copia de ellos que de su prima Irene que ya es casi una señorita. Cuando se juntan todos, que lo hacen a menudo, yo me pierdo y no me encuentran en todo el día. Eso sí, les voy mirando desde lejos porque la verdad es que son divertidos. Pero no me quiero arriesgar a que me apretujen. Eso, se lo permito solo a mis tres pillines, es que los quiero. A veces se van por la mañana al bosque con dos mujeres a buscar piñas y ramitas para hacer la barbacoa. Teo, lleva siempre una bolsa para él solo, porque quiere coger todas las cosas que tira la gente mal educada al bosque, las mete en la bolsa y las tira al sitio que toca. Yo me hago el despistado para ir con ellos y les sigo disimuladamente, pero no me dejan. Dicen: Picachu, tú a casa, y aunque sigo haciéndome el despistado, insisten y tengo que quedarme en casa, con la ilusión que me hace.

En la casa de al lado, no la casa de la gatita, en la otra, hay un par de perros, pesados como burros, siempre ladran. A veces, cuando vienen del bosque los niños, se ponen a ladrar como locos, que nos van a romper los tímpanos. Una de las mujeres que vienen con ellos le dice: yo también te quiero, pero como sigue ladrando como si no hubiera un mañana, ya le dice: Calla pesado, pero no se calla.

En fin, que la vida en esta casa es fantástica, quizás un poco aburrida cuando los pillines están en el cole, que si yo pudiera me iría con ellos. Que aprender algo nunca está demás. Si está por aquí mi amiga gatita, ya estoy contento.

 

Pikachu