sábado, 23 de enero de 2010

EL SUEÑO DE GRACO




Hernestina abandono el establecimiento con una sensación extraña. Durante un rato no dijo palabra, pensativa miraba al suelo como si en él, pudiera hayar respuestas a sus cavilaciones.
Llegaron a una difurcación donde las calles se separaban. Alli se despidieron las amigas con un adiós algo frío, si comparamos la ilusión que sólo unas horas antes habían manifestado por el encuentro. Rosaura se alejó y Ernestina en vez de dirigirse hacía su casa se acomodó sobre un banco, bajo el árbol frondoso que tantos años había sido testigo de toda clase de vivencias y emociones.

Rememoró las horas transcurridas aquella mañana, desde que salió de su casa y tuvo la extraña sensación, de que había transcurrido mucho tiempo. Como si fuera una película, vio pasar ante sus ojos, la conversación que había mantenido con su amiga. No se habían borrado las palabras, sino que se mantenían colgadas en el aire, como frutas maduras que ya han adquirido tu color especial porque ha llegado la hora de recogerlas. Se sorprendió Ernestina escuchando las palabras, que en otras ocasiones se las hubiese llevado el viento, pero que retornaban a ella como un regalo que el tiempo venía a ofrecerle.
-¿Pero tu no estabas aquel día viendo a tu madre?

Como pudieron pasar esas palabras inadvertidas para ella, Rosaura no podía saber donde ni cuando estaba ella, porque por muy intuitiva que fuera, hacía trece años que no se veían. Y el detalle del móvil. Ahora si, ya recordaba a quien pertenecía el numero de teléfono, estaba muy claro, era de Faustino, por eso quería convencerme que nada pasaba, que no había nada extraño en el comportamiento del marido. Y yo en babia, igualito que si me hubiera caído de un nido. Pues chico porrazo que me he dado calléndome de la higuera. Faustino y mi amiga liados a mis espaldas. iba repitiendo sola.

Que si no te engañó entonces como iba a hacerlo ahora. seguro que era ella la que pensaba que yo valía poco para mi Faustino. Bueno, no mi Faustino, acaso el suyo, el de la arpía. Lo que me ha pasado en la tienda también me hace pensar, es como si hoy, todas, absolutamente todas se hubieran burlado de mí.

A partir de hoy mi vida cambiará, en tres meses no me va a conocer ni mi madre.

Con una decisión dibujada en su rostro, se levantó del banco y se dirigió a su casa. Llevaba un plan bien estructurado, como si en su cabeza guardara una libreta con muchas hojas y estuvieran todas escritas, sin faltar un detalle.
Ernestina era una mujer nueva, entró en su casa, organizó lo indispensable para poder comer, las tareas por encima, sólo lo que ve la suegra. Luego se fue en busca de una dietista, salió, se fue a la peluquería y se apuntó por la tarde a un curso de pintura.

En ese ajetreo transcurrieron tres meses. Al principio su marido no advirtió nada, el pensaba en otras cosas. No se había fijado en los cuadros maravillosos llenos de color, de paisajes exótico que colgaban ahora de las paredes.

Cuando salió un día Ernestina de la dietista flotaba en el aire. Había perdido veinte kilos, su silueta era desconocida. Caminó por las calles como si estuviese viviendo un sueño, flotaba entre nubes de algodón que la acariciaban, incluso escuchaba una música que sólo entraba por sus oídos.
De pronto, sus ojos se abrieron delante de un escaparate: una americana salmón vestía a una maniquí que sonreía como si la invitara a entrar. Estaba embriagada por la emoción. Que podía ser aquello, un regalo de los Dioses, una revancha, no, ella no buscaba venganza, porque no había cambiado su proceder, para hacer algo que considerase indigno. La americana se le metía por los ojos, por la nariz, la envolvía de tal manera, que creía haber ocupado el puesto de aquella muñeca tan simpática que le sonreía.
Ernestina entró: la dependienta se acercó sonriente.
-¿Puedo ayudarle en algo señora?
-Sería tan amable de dejarme probar la americana salmón?

-No faltaría más señora.

Cuando se vio en el espejo del probador, se encontró tan guapa que no se lo podía creer.

Tan contenta estaba que la llevo puesta a casa. De camino entró en una casa de fotos y se hizo una donde se podía ver perfectamente la americana. Las pidió rápidas y se las llevo en el bolso. Las colocó en el mueble de la entrada. volvió a salir. pasó por el banco y sacó una cierta cantidad de dinero. Se fue a una agencia de viajes, y en dos horas ya cogía el avión rumbo a parís. Ella tenía ganas de visitar la ciudad del amor. Se sentó en el asiento, y miró por la ventanilla como se quedaba atrás. Si antes había sido una vida de mentira, ahora buscaría sólo aquello que fuera real y verdadero. cerró los ojos y dejo que la aventura la invadiera.

Draco.
María

2 comentarios:

Mary dijo...

Estando en casa saboreando “mi momento” con un buen café, sonó el teléfono, era mi vecina Ernestina, y digo vecina porque así es como ella me llama por compartir tabique durante 9 años, pero somos algo más que eso, somos amigas, de esas que cada una en su casa y Dios en la de todos.

- Si, dígame?
- Draco, soy Ernestina, bajate un momentito, que te invito a tomar unas tapas.

Yo, estaba alucinando, mi Ernestina derribando tabiques, ella me llama Draco, por mi romanticismo hacia las estrellas, en una ocasión un grupo de amigas como regalo de cumpleaños apadrinaron una estrella con mi nombre, y esa estrella pertenece a la constelación “DRACO”, fue tan grande mi alegría que en homenaje a mis amigas decidí tatuarme el nombre de mi estrella en mi piel…..pero eso es otra historia.

-OK!!!!, Ernestina dame 10 minutos y bajo, no salía de mi asombro, pero una ocasión como esa no la podía desperdiciar.

Cuando la vi, estaba radiante, una sonrisa le iluminaba todo su rostro, nos dimos el mayor abrazo que jamás se habían dado dos amigas…

- Ernestina ¡!!! Estas radiante ¡!!!.
-Si, lo sé, después de un duro día, he pensado en todo lo ocurrido y me ha hecho recapacitar y darme cuenta de quienes merecen la pena y quienes no, así que quería compartir contigo mi decisión.

-¿y cuál es tu decisión?...

-Mañana empieza un nuevo día y con él una nueva Ernestina…he decidido ponerme a dieta, cuidarme y pensar en mi, entre esas cosas estás tú, la amiga incondicional que siempre ha estado conmigo y yo no he sabido darle su lugar…y por ese motivo te he hecho bajar…lo vamos a celebrar…

-Me parece estupendo…vamos a celebrarlo Ernestina.
TRES MESES MAS TARDE, YA SABEIS LO QUE PASÓ…ENTRE OTRAS COSAS, CONSIGUIO SU AMERICANA COLOR SALMÓN QUE TANTO LE GUSTABA…Y LA VERDAD LE QUEDABA INCREIBLE…

DRACO.

Mary dijo...

María, el otro día publicabas una entrada llamada “SUEÑOS”…
Ahora si te puedo comentar algo, no es un sueño es una realidad, y con esto te quiero decir que con la perseverancia y la constancia se pueden conseguir muchas cosas…¿recuerdas cual era mi sueño?...que mi amiga Ernestina consiguiera su americana color salmón, pues ya esta, la ha conseguido y no solo eso, lo más importante, se ha dado cuenta que lo mas importante en la vida es uno mismo y que para estar al servicio de los demás no hace falta ser tonta, ella confundía el ser bueno con ser tonta, pero ya se ha dado cuenta y ahora es otra persona y esta REFELIZ!!!!!!!

María, te quiero dar las gracias por complacerme y hacer que tus relatos calen en lo más profundo de mi…Con tus relatos haces que disfrute al máximo de “MI MOMENTO”, Hasta el punto de conocer personajes que ya forman parte de mi familia.

GRACIAS AMIGA!!!!!

Mary (Draco)

Pd. Tenemos un debate pendiente, acompañado de un buen café.