viernes, 19 de marzo de 2010

LA ODISEA DE TELEENDESA .COM....14

es123.com





Hola amigas y amigos: Esta noche no puedo dormir sin contaros algo que me ha pasado y me he quedado temblando. Con tal susto en el cuerpo, que me a costado un poco recuperarme. De todas formas me ha servido para saber, como responde mi subconsciente a la hora de afrontar una emergencia.




Pero antes de hablaros de el encuentro desagradable que he tenido, creo que he de hablaros de otro tema. Lo hago sobre todo, para que no me acuséis de intrigante, para que no digáis que tiro la piedra y escondo el brazo. Eso era lo que me decía mi abuela que le encantaban los refranes y creía que eran como un testamento.




Bueno a lo nuestro. Recordaréis el día que os conté que había conocido a una amiga llamada Ernestina, si es así, también recordareis que conocí a alguien más.




Estábamos hablando las dos animadamente y, ella me decía, que cuando dejó a su marido lo había pasado muy mal, pero que después de un tiempo, descubrió que la libertad, después de haber pasado una mala racha era un bálsamo para quitar las penas.




De pronto, en frente de mí, había un chico que me miraba. El mundo se perdió de mi vista


Como os digo, todo se transformó, dejó de haber personas a mi alrededor y mirando a aquellos ojos que eran verdes, (aunque no entiendo como podía yo saber de que color eran a la distancia que estaba). Pero realmente lo supe: ¡eran verdes! El suelo se me hundió debajo de mis pies y, como si el viento me cogiera en brazos y me transportara, así abandoné la sala. Dejé de escuchar a la nueva amiga, viéndome de pronto en un valle lleno de plantas preciosas. Era un paisaje imposible. A la derecha, había una cascada de agua que bajaba en tropel, haciendo un ruido, que más parecía una sinfonía que los Ángeles interpretaban. El aire era tan puro que hasta me dolían los ojos. Entonces lo vi delante de mí.




-¿Bailas? -lo decía con una voz perfecta, ni fina ni demasiado gruesa. -¿Querrá este chico que bailemos al compás de la sinfonía de los Ángeles?. Sin responder siquiera me dejé rodear por los brazos que él extendía y danzamos por aquel valle mullido, lleno de flores y con el aroma que se apreciaba en un paisaje tan maravilloso como aquel.




Bailamos sin saber donde estaba, sin haberme dado cuenta, que había pasado con mi nueva amiga. Con el sentido medio perdido por la emoción que me transportaba al país de Alicia, transcurrió un tiempo que se perdió de mi calendario. Como si fuera un regalo en forma de propina.




-Ha parado la música.






Abrí los ojos y mire hacia el lugar de donde llegaba aquella voz.




-¿Que música?




-La que estábamos bailando tú y yo.




Dios mio, si estaba en la sala de baile, si había música de verdad, esa que tocan con instrumentos y todo. Me detuve, porque de verdad la melodía había parado. Supuse, que la llevaríamos dentro, que no necesitábamos ningún otro ritmo que no fuera el nuestro.




Cuando me fije en Ernestina, vi que me miraba de una forma rara, hacía gestos con los hombros y me preguntaba.




-¿Donde has estado?




-En un prado muy bonito que había muchas flores, también una cascada de agua cristalina. Empezó a reír a carcajadas, mientras tiraba de mi brazo para que la siguiera fuera de la sala.




Ya en la calle, me miró con una cara amigable y dijo.




-Yo hace años, con mi Faustino también desaparecía del mapa, para bailar en lugares paradisiacos. No dejes de bailar en esos sitios mientras puedas. Siguió riéndose un rato, y al despedirse dijo. -Bueno, ya me contaras cuando despiertes.




Pues eso es todo.




Después nos fuimos de viaje a Ibiza como ya os conté y, a la vuelta nos fuimos a la playa.




Volvía sola en el tren desde la playa. Recordareis, que cuando hice el cursillo de informática me compre un portátil haciendo muchas economías. Gracias a él he podido contaros el pulso de los días.




Estaba en la plataforma esperando bajar en la próxima parada. El tren parado en la estación, y se me ocurrió poner en el suelo el bolso lleno de libros que me había llevado a la playa y, el ordenador para ponerme un pañuelo en el cuello. Entonces un chico que había a mi lado, coge mi portátil, y como la cosa más normal del mundo baja del tren y camina con la intención de perderse.




Imaginaros la escena: yo doy un grito y me lanzo tras él. Corro como loca. No creáis que soy perversa, pero iba dispuesta a cortarle las manos como en las películas. Mi ordenador no por favor.




Bueno, pues ya os lo he contado, ya me quedo más tranquila. Pero me gustaría decir una cosa a estos ladronzulos de pacotilla. Antes de robar, deberíais hacer una encuesta. Hay que tener clase y saber a quien se roba.


A Lola no por favor




¡MADRE MÍA!: ESTA LOLA PARECE QUE TIENE UN IMÁN. BUENO, POR SUERTE RECUPERÓ EL ORDENADOR Y PODREMOS SEGUIR DISFRUTANDO DE SUS AVENTURAS. .




María.


















3 comentarios:

Mary dijo...

Joder Lola!!!! intrigante no,tu tienes muy mala baba...tu te crees que nos puedes trasportar al septimo cielo con tu amiga bailando en los brazos de morfeo y de repente darnos semejante susto...Lola,estas cosas se cuentan de apoquito ¿no?...me alegro que tu estes bien y que recuperaras el ordenador, si por culpa de un CAPULLO!! me tengo que quedar sin tus historias,no te vuelvo a dejar sola nunca mas en tu vida.

Me alegro de que Ernestina este bien,y ojala sepa aprovechar su momento por que el tiempo perdido ya no se recupera.

Un beso para ti y otro para Maria.

Mary dijo...

HEYYYYYY!!!!! LO DE MALA BABA ES BROMA,LO DIGO DESDE EL CARIÑO JAJAJJA.

Anónimo dijo...

Esto se está poniendo interesante. De todas formas Mari tiene razón, valla sustos que nos das Lola. Pero cuentanos algo más de ese amor que has encontrado.
Mira que te gusta que tiremos de tu lengua, pero tanto Mari como yo somos capaces.
Sesitos.
Sol.