miércoles, 7 de abril de 2010

TE ESPERO Y NO SÉ POR QUÉ... CUENTO



Llevo horas esperando, aunque si tuviese que especificar el tiempo me sería del todo imposible. Me siento aturdida, o vacía, no sé cómo definirlo. Odio esta sensación que me deja hueca hasta la médula.

amenito.com

Hago un pequeño examen de mis rutinas y percibo un frío que me invade, me deja como la colilla de un cigarro que hace mucho tiempo que se consumió. Te quiero, y no se por qué. Me concentro en la hermosura de tu cuerpo y el deseo me araña. Me doblo en dos para amortiguar esa codicia que llega de la pasión al centro mismo de mi cuerpo, casi me duele.

A veces he pensado que habría que hacerle una escultura a tu cuerpo. En estos momentos no obstante, lo que quisiera es borrarte de mi memoria, como si nunca hubieras existido.
He trabajado todo el día sin detenerme a pensar en nada, como si tuviera una goma de borrar pensamientos y la pasara todo el tiempo por mi cabeza. Tal vez, si hubiese podido conseguir ese objetivo, esa presión desagradable que me consume se habría evaporado.

Cuando ha entrado Charo mi compañera de trabajo, me ha mirado torciendo la boca y ha preguntado, que en cual de los mundos que ella no conoce me encontraba.

Últimamente estás pirada chica, pero, ¿que es lo que te pasa?

Yo no he respondido, sólo la he mirado, mientras trataba de buscar con urgencia algo parecido a una sonrisa.

Cuando ha terminado mi turno he experimentado un segundo de alegría, bueno, aún menos, casi nada.

Cuando he llegado a casa, he puesto la lavadora, la comida está ya casi preparada. Soy una máquina que se mueve, que pretende ser un robot, para no ver como te engulle cada noche ese ordenador con el que me pones los cuernos.

Esta tarde cuando regresaba a casa he entrado en un bar y he pedido un whisky, me lo han puesto con tanto hielo que casi no me hace efecto. Por eso he pedido otro. En la barra, al lado mismo de donde yo estaba había un chico. No es que fuera muy guapo, pero me he dicho. -Para que hace falta que sean guapos, si los guapos son todos unos cabrones.

En cuanto me ha mirado he intentado enrollarme con él. Hemos estado hablando un rato, de idioteces, porque mi cabeza no necesita hoy hablar de cosas serias.

María

2 comentarios:

Mary dijo...

MIRA QUE ERES INTRIGANTE¡¡!!

OTRO DIA DIOS DIRA...POR LO MENOS PODRIAS PONER LOS CAPITULOS MAS LARGOS,(QUE GRACIOSA ERES,PERO QUE BIEN ESCRIBES)

UN ABRAZO!!!

(ESTO ME ES FAMILIAR)

Anónimo dijo...

Madre mía con este relato flipo, yo creo que este chico es un cretino ¿no? - ella debería de dejarlo de verdad porque está muy deprimida.
Aver que decide la protagoniste.
Sol