miércoles, 5 de enero de 2011

EL MUÑECO FELIZ...SEGUNDA PARTE


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Las intenciones de Mario era acudir al parque a la mañana siguiente para que el Muñeco Feliz se reuniera con su familia. Debían estar muy preocupados. Pero ya se sabe que no siempre las cosas resultan como las hemos planificado. Esa noche nuestro amigo Feliz durmió tranquilo en una cama calentita. Pasó la noche como un tronco en compañía de Mario, que desde el primer momento le había demostrado mucho cariño, además de prometerle que buscaría a su pequeña madre. Porque lo de su familia no lo podía cambiar nadie. Aunque últimamente había conocido a unos amigos de los cuales guardaba un buen recuerdo en su cabeza y un gran cariño en su corazón de barro. Todavía recordaba al muñeco que le enseñó la tienda donde barbi se enfadó con él, a pesar que fue de lo más amable. Eso era lo que le habían enseñado en casa. Aunque en realidad no llegó a descubrir la razón del mal humor de aquella preciosa muñeca tan delgadita. El muñeco que había conocido en la tienda de juguetes le había dicho que comía poco y por eso estaba de mal humor, un día y el otro también. Por eso él no la vio reír ni una sola vez. Pero de todas formas la recordaba con mucho cariño igual que al muñeco, que nada más conocerlo se había hecho amigo suyo y le había enseñado todos los juguetes de la tienda. Algún día le pediría a su pequeña madre que le llevase a aquel palacio de juguetes a ver si les encontraba. Si ella no podía, seguro que Laura y Rafa estarían contestos de ir con él. ¡Pues mira que le gustaban los juguetes al par de pillines! Seguro que si se lo pidiera a Mario no le diría que no, teniendo en cuenta lo buenos amigos que se habían hecho nada más conocerse. Tenía Mario una sonrisa muy bonita y además parecía un buen tío.

A su lado, también dormía tranquilo Antonio el cocodrilo, que se había presentado nada más aparecer él por la puerta. Eso le había dado buena espina.

Todo estaba en silencio, pero por la cabecita de nuestro amigo iban danzando todos sus conocidos. También recordaba al perro, que la primera vez que le vio, fue tan bueno con él que lo llevó a casa. Con cuanta emoción recordaba la sensación que experimentó al regresar de nuevo con la familia a la que tanto quería. En este punto casi le salta una lágrima. Bueno, eso si no fuera un Muñeco de barro. Mario se revolvió en la cama y a punto estuvo de caer al suelo enredado con el cocodrilo.

Después de un rato consiguió dormirse. Y los sueños más bonitos acudieron a su cabeza.

Se vio de pronto en una fiesta fantástica donde todo estaba lleno de juguetes: donde había muchos niños que jugaban y se divertían de lo lindo.

De pronto apareció barbi con una sonrisa preciosa. Él abrió mucho los ojos y con disimulo se fue acercando a ella.

-Hola barbi, ¿qué tal te va? -ella le miró extrañada porque no le había reconocido y no tenía por costumbre hablar con desconocidos.

-¿Y tú quien eres que hablas con tanta familiaridad?

-¡Bueno!!!, si no ha cambiado, -dijo nuestro amigo que pensaba que se había vuelto más amigable, pero no, seguía siendo la misma estirada de siempre.

Como el Muñeco Feliz había aprendido muchas cosas y había conocido a todo tipo de seres, la idea de disculparse ni se le había pasado por la cabeza. Por lo tanto se dio media vuelta y se alejó sin más. Lo que no pudo ver a su espalda, fue cómo le miraba la preciosa muñeca haciendo incluso un intento de retenerle, mientras que en su boca se dibujaba una sonrisa coqueta.

Antonio el cocodrilo se puso a bailar con una sirena que llevaba un vestido de lentejuelas y era guapísima.

Cuando divisó a pinocho entre los asistentes se puso muy contento. Siguió buscando con la mirada a ver si también había llegado Alonso. No es que no le tuviera aprecio, que se lo tenía. Pero la idea de hacer un nuevo viaje a ciegas escondido en una cartera no le hacía ninguna gracia. Sí, efectivamente allí estaba Alonso, con una cara de pillo que daba miedo.

Nuestro amigo fue replegándose y buscó a Mario porque este le inspiraba mucha confianza y se quedó quieto a su lado.

De pronto por una de las puertas aparecieron los gamberros que le atacaron en el parque. Entonces se asustó muchísimo y se pegó como una lapa a Mario su amigo más reciente.

-Mario tienes que levantarte, -se escuchó en la habitación.

¡Uf!!!, menos mal que me he despertado, tenía una pesadilla terrible y no sabía donde esconderme, -susurró el muñeco en la oreja de Antonio el cocodrilo.

-Pero mamá, ¿para qué quieres que me levante tan pronto si estamos en las fiestas de Navidad y tengo vacaciones?.

-Ya lo sé Mario, pero tenemos que ir ahora a visitar a los abuelos que están un poco delicados.

Las cosas se complican para nuestro Muñeco. Pero su nuevo amigo es un buen tío y le había prometido que le llevaría a casa. Pero como de costumbre, siempre mandan los mayores.
-¡Vaya un royo!, ¿y ahora que voy a hacer yo?

Cuando se quedaron a solas Mario se acercó a la oreja del Muñeco Feliz y le dijo.

-Lo siento amigo, ya sé que te prometí que hoy sin falta te llevaría con tu familia, pero ya ves, mi madre no me deja ni abrir la boca, así son los mayores ¿sabes?

Y muestro amigo, se resigno a pasar unas Navidades calentitas en la cama de Mario. Pero también podría jugar con Antonio el cocodrilo.

LE DESEO UNA FELIZ NAVIDAD, TANTO AL MUÑECO FELIZ COMO A ANTONIO EL COCODRILO, YA QUE ES UN BUEN AMIGO QUE SABE ACOGER A TODOS LOS QUE SE CRUZAN EN SU CAMINO. Y SOBRE TODO A MARIO, POR PROTEGER A NUESTRO AMIGO CUANDO ESTABA EN APUROS. ESTOY SEGURA, QUE LOS REYES MAGOS LE TRAERÁN MUCHOS REGALOS. UN BESITO MARIO.

María

4 comentarios:

Mary dijo...

Hola Maria¡!te puedo decir que Mario cuando ha visto la foto de su inseparable Antonio se le han puesto los ojos como platos y con una super sonrisa me ha dicho,estoy ocupado con mis juguetes nuevos pero mañana me lo leo...¿lo entendeis verdad?...madre mia¡!espero que jamas se rompa la ilusión de la noche magica de reyes.

Gracias Maria¡!

Un beso.

Luis dijo...

El Muñeco Feliz está descubriendo la importancia que tiene las personas que encuentra en su camino. Luego estaría cuales conservamos y las que dejamos pasar de largo. Mucho nos está enseñando este Muñeco con su corazón de barro.
Saludos para todos.
Luis

María dijo...

Parece que van dando señales de vida todos los amigos. Supongo que con algo de resaca de tantas fiestas.
Ha aparecido Asún que ya la echábamos de menos. Todavía quedan amigas rezagadas que espero pronto saber de ellas.
Sin embargo ha aparecido Josema. Gracias por tus buenos deseos. Espero que todo os valla bien este año y que podamos vernos en Agosto. Sería estupendo.
Un abrazo para todos.
María

Sol dijo...

Como siempre me ha gustado lo que nos cuenta este Muñeco Feliz.
Besos para todos.
Sol