martes, 6 de septiembre de 2011

CUENTOS DE ALAN.....VAYA VACACIONES MÁS ESTUPENDAS



Con el permiso de los papis.

Dos chicos que rompen corazones
Voy a seguir contando cosas de la playa. Pero antes tengo que deciros una cosa muy importantísima: ya me dan de comer una nueva papilla, así que ya como dos. No saben igual, pero os digo que a mí me gustan de de la misma menera. Esta es completamente diferente; ¡pero qué rica que está!
Luego de comer con una cuchara como hacen los mayores, sigo comiendo pegadito a mamá, porque eso me gusta una barbaridad, nunca le diría que no a mami, porque siempre estoy dispuesto. No sé porque me gustará tanto la comida; figuraos que después y todo de tener mi barriguita llena, veo comer a mis papis y se me pone agua en la boca, y si me dieran, seguro que comería más, pero aunque muevo la boca para que se den cuenta, no me hacen ni caso.
Bueno sigo: un día fuimos a comer a casa de la tita Alicia, donde había mucha gente: estaban los titos que habían venido de Granada y su niño que es mi primo Álvaro, que ya era amigo mío. También vinieron unos amigos de los yayos y de los papis, también la tita Ali. Pero claro, es que ella estaba en su casa. ¡Qué divertido!, todos comiendo y diciendo cosas que daban risa. Aunque yo de todas no me enteraba. Pero me enteré cómo se llamaban. Las chicas se llaman Rosa y Tere y son la mar de simpáticas. Los chicos se llaman Miguel y Antonio. Como estábamos al lado de la piscina, yo la miraba, pensando si me tocaría baño. ¡Pues sí!, me bañé, y con tanta agua, que estaba un poco atabalado, pero lo pasé la mar de bien. Fue muy curioso, porque otra vez sacaron una tarta con velas. Yo pensaba que ya todos los que conozco habían cumplido años y ya no había que cumplir más. Cuando de pronto escucho que Alan cumple no sé qué. No puede ser que tenga años, pensé, si hace nada me hicieron un pastel porque tenía cinco meses. Que por cierto, es mi cumplemeses y no me dan pastel, ¡Qué frescos!, yo iba diciendo, no puede ser que tenga años, porque no van pasar los días como si fuera un soplo sin que yo me entere. Puse mis orejas bien atentas y pude escuchar que el pastel era porque Alan, o se yo, cumplía seis meses. La verdad, que me quedé mucho más tranquilo, porque no me gustaría que pasara el tiempo tan rápido sin enterarme. Me gustó mucho, porque ahora me entero más de las cosas y porque me ayudó a soplar mi primo Álvaro y fue muy wuai.

Esto creo que fue antes de ir a la playa a comer por la noche, que decían que eso se llama un nombre muy raro que ya no me acuerdo. Pero creo que es igual si fue antes o después, lo bueno es que ha pasado.

El día siguiente estábamos todos en la playa: la tita Eva, mi primo Alonso, los titos de Granada y mi primo Álvaro. Pero además vinieron los titos: Alicia, Rafa y Cristina. No lo vais a creer, ¡sabéis que la yaya también ha cumplido años!, aunque no sé cuantos. Lo único que sé es que en el pastel había dos velas, pero todavía no conozco los números. Otra vez le ayudamos los pequeños a soplar, y venga reír todos y a pasarlo requetebien.

Otra vez tengo sueño, ya seguiré otro día.

Bonanit.
Alan

3 comentarios:

Mary dijo...

Que bonito,siempre rodeado de mucha gente y toda te quiere muchísimo,madre mía Alan cuando puedas leer todo esto,te darás cuenta la suerte que tienes.

Muuuuuuuak precioso¡!

Sol dijo...

Siempre espero esas cosas que nos cuentas Alan. Qué suerte que tienes.
Besitos
Sol

Luis dijo...

Alan, sabes que ahora podre leer tus cuentos seguidos. Pero tu no dejes de contarnos cosas, porque mira que lo pasamos bien con tus historias.
Un abrazo muy fuerte y enhorabuena a tus papas.
Luis