CUENTOS DE ALAN....FELIZ NAVIDAD

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este chico me sorprende siempre

Esta palabra acabo de aprenderla, la he escuchado decir a mis papás y a toda la familia. Como podéis ver, también he aprendido la palabra familia: esos son todos los que se reunen para comer como siempre y dicen feliz Navidad.

Empezaré por el principio: llevábamos días preparando regalos y luego los envolvía mami; hacía paquetes muy bonitos, que resulta que eran para entregarlos a la familia. ¡Mira que me gusta a mí esa palabra! Llegó el día de nochebuena y nos fuimos a comer a casa de los yayos que también es mi casa. Mamá hacía cosas en la cocina para comer, que tenían una pinta increíble. Yo comí pronto, porque no tengo paciencia para esperar que todos estén en la mesa y todo eso. Me figuro que a todos los peques nos pasa igual; siempre tenemos que comer los primeros. Pero una cosa os digo, si cuando estaban todos enfrascados con aquellas cosas tan ricas me hubieran dado a mí, os aseguro que me las habría comido tan tranquilo. Pero todavía no se han enterado que quiero comer de todo; porque seguro que todas las cosas están buenas, ya que hasta ahora, todo lo que he probado está riquísimo.
Bueno sigo: fueron llegando poco a poco los titos y la yaya que es muy viejita; también vino mi prima Gema  y mi prima Érika. Cuando estuvieron todos se sentaron a la mesa y empezaron a comer aquellas cosas tan apetitosas. A mí me sentaron en mi silla y empecé a hablar las palabras que encontré en mi boca. A veces hacía ruidos importantes para que supieran todos que estaba allí. Después de comer, sacaron una bandeja de polvorones y turrones y también unas bolas de chocolate que estaban envueltas en un papel dorado: y todos, ¡venga comer y beber cava!!, pero a mí, ni probarlos. Imagino que el año que viene que seré más grande todavía que este año, sí me darán de todas esas cosas que deben estar para comérselas. De vez en cuando salía un chorrito de agua de mi boca, pero como todos iban comiendo a su bola, pues ni se daban cuenta.
Después que terminaron de comer, (porque los mayores no comen en un momento como yo, que acabo en un plis plas), fuimos donde estaba el "caga-tió", es un hombrecito de madera que le gustan las mandarinas, y cuando no tenemos para darle, le damos la piel de las naranjas; se la dejamos cerca de la boca, y cuando no le vemos se las come todas como un glotón. Al día siguiente no queda nada. Ahora me doy cuenta de esas cosas porque ya no soy pequeño. Entramos donde el "Caga-tió" mi prima Érika y yo que éramos los más pequeños, y con dos cucharas de madera grandes, le dábamos palos y le cantábamos una canción para que cagara, pero ahora no me acuerdo de lo que decía. Entonces, de pronto, levantamos una manta que arropaba al hombrecito de madera y había cagado regalos. Para mi prima Érica había una libreta y dos lápices. Como yo no sé escribir todavía, para mí había un libro pequeño, que lo puedo meter en el agua y todo mientras me baño porque no se moja. Además había golosinas para nosotros y también para unos primos que no vinieron a la cena. Yo le di mis golosinas a papá porque sé que le gustan. Ya veremos lo que pasa con las golosinas del año que viene cuando las cague el hombrecito de madera.
Esa noche no me dormí, hasta que nos íbamos a casa, porque lo estaba pasando muy bien y no quería perderme nada.

Al día siguiente cuando nos levantamos, cogimos el coche y fuimos a comer a casa de la tita Alicia: también allí había un "Caga-tió" y un montón de regalos. Después de comer una comida que todos decían que era riquísima, empezó la tita a repartir los regalos. ¡Madre mía qué de regalos había para todos!!, para los yayos, el tito Rafa y la tita Cristina, para mis papás; y no creáis, que también había para mí un caballo precioso con unos ojos que me miraba, de esos que te subes y vas andando tú solo como si trotaras. Además es mi primer caballo y me gusta mucho. Bueno, tuvieron todos regalos menos la tita Alicia y Alex, (el chico del que os hable el otro día), no sé por qué será.
Ahora ya sé qué es la Navidad, y también que se cantan villancicos y canciones bonitas y todos están contentos. Yo también, aunque la verdad es que yo estoy alegre siempre.
Después de todo lo que os he contado, nos subimos en el coche y nos fuimos a Madrid. Pero eso os lo contaré otro día, y también alguna cosilla más que tengo pendiente, pero hoy quería deciros eso de feliz Navidad que me hace mucha gracia.
Bona nit.
Alan