miércoles, 1 de febrero de 2012

CUENTOS DE ALAN...UN VIAJE INESPERADO








vayahermosuradeaño

Seguro que sabéis que casi siempre estoy atento para enterarme de todo; sin embargo a veces voy a mi bola y no me entero de lo que pasa.
Así estaba una tarde tan tranquilo; había venido mamá a buscarme como siempre y yo pensaba que íbamos a casa con papá como cualquier otro día. Pero no, porque en vez de ir a casa fuimos a la estación por donde pasa el tren, ¿y sabéis quien nos esperaba?, la tita Cristina, que después fuimos a donde estaba papá y todos nos fuimos en el coche durante un rato grande. Llegamos luego a un sitio que yo no conocía. Pero en esa casa tuve una sorpresa, ya que nos esperaba el tito Rafa y allí nos quedamos a comer y a dormir. ¡Qué aventura!, es que no paramos.
Antes de seguir con lo del viaje tengo que deciros algo importante para no olvidarme. Están cambiando algunas cosas que son muy buenas; empezaré: antes de irnos aquella tarde que os decía que vino a buscarme mamá, estábamos en la cocina y dice mami. -No sé si esto le gustará a Alan: era una cosa que tenía muy buena pinta de comer. -Vamos a probar, dijo ella, y me da un trozo. La yaya dice. -A lo mejor eso a él no le parece comida. Qué cosas dices yaya, si estoy deseando de comerlo, pensé.
Cogí con los dedos una miguita y me la puse en la boca. ¡Madre mía, qué cosa tan buenísima! Entonces me lancé y metí todo el trozo en mi boca, no fuera ser que se arrepintieran. Estaba tan bueno que casi me salta una lágrima de alegría. Yo iba diciendo. -Que me den más, que me den más, pero como otras veces se hicieron las tontas. Menos mal que pronto me dieron el biberón lleno hasta arriba de esa papilla tan rica que me dan por la tarde. Me la tomé toda como siempre, con el recuerdo en la boca de aquella cosa tan rica.
Como os decía, estábamos los titos Rafa y Cristina y nosotros tres, que somos mis papis y yo en aquella casa nueva. Por la noche nos fuimos a comer a un sitio muy chulo. (Esa palabra acabo de aprenderla y me gusta). Yo también comí ¿ sabéis? Luego nos quedamos a dormir tan ricamente en la casa nueva.
Por la mañana cuando nos levantamos, fuimos a desayunar a un sitio donde servían chocolate, que ya sé yo lo bueno que está, y todas las cosas que allí había, parecía que estaban más que buenas, buenísimas. Yo me comí la papilla y ya estaba contento, qué iba a hacer si no me daban otra cosa.
Ya pensaba que no podía haber más emociones por ese día. Entonces por el camino, sentado tan ricamente en mi cochecito me entró un sueño que me dormí. Qué alegría cuando desperté, había venido también la tita Alicia y Alex, que ya os he hablado de él, y estaban los yayos.
Pero todavía pasaron más cosas buenas: fuimos a casa de unos titos o amigos, no sé, ya sabéis que todavía no sé muchas cosas. Se llaman Rosa y Miguel, pero a ellos yo ya los conocía de antes, porque siempre que nos vemos me dicen muchas cosas y ya veo que me quieren. En cuanto llegamos a su casa me puse a comer el primero. Pero no creáis, que todos los demás estuvieron comiendo mucho rato, creo que más que yo, y mira que a mí me gusta comer.
Yo jugué mucho rato con los titos y lo pasé la mar de bien, porque ellos siempre me quieren coger.
Cuando pensaba que nos íbamos a casa, entonces nos fuimos a otra. ¡Cuantas casas sólo en un día o dos! Cuando llegamos me puse muy atento porque no quería perderme nada. Entonces me enteré que íbamos todos a ver a los papas de la tita Cristina. La verdad, yo me hago un lío, porque ahora no sé que son, si son los papas de la tita, y yo tengo mis papas. Bueno, ya averiguaré más cosas porque todo a la vez no puedo, que aunque ya soy más grande, todavía soy un poco pequeño. Eran todos muy simpáticos, eso sí que lo puedo decir porque lo vi enseguida. Además de los papas estaban sus hijos. A ver si me acuerdo: se llamaban una de las chicas María, otra que era más pequeña Ana y el chico Manel; pero creo que el papá se llama igual que su hijo, y la mamá igual que su hija pequeña. Ya veis qué lío para acordarme de tantas cosas.
No lo vais a creer, pero cuando llegamos a la casa, en una mesa muy grande había tazas como las del chocolate y unas cosas para comer que parecían ricas. Estaba alucinado, si al que le gusta comer es a mí, y hoy parece que todos sólo hacen que comer. Menos mal que al verme abrir los ojos mirando la comida me dieron a mí antes. Pero aun hay más: cuando terminé con mi papilla que yo acabo pronto, me dieron una cosa de la bandeja que se parecía a una galleta, pero más larga. ¡Qué buena que estaba!...
Estuvimos un rato allí y todos parecían contentos; yo más, porque la verdad es que lo pasé requetebién.
Luego como me quedé dormido en cuánto nos subimos en el coche ya no me enteré de nada más.
Bona nit.
Alan   

7 comentarios:

Mary dijo...

Si esque no paras que Maravilla, yo si me lo permites Alan les voy a contar a mis amigos de este rincón que el otro dia tuve una visita chulisima, y esque como estoy un poco pachuchilla pero solo un poco y vino a visitarme Alan con su yaya Maria, chicos esta guapísimo y es super simpático, me encanto si visita.

GRACIAS A LOS DOS ALAN Y MARIA.
UN BESAZO ENORME¡¡¡¡

C. Patricia Díaz dijo...

Que regalo más bonito tiene Alan con los cuentos que hace su abuela María. Es un regalo presente que, en un futuro, se convertirá en la memoria vivida de la infancia.
Os queremos mucho desde Granada.

asun aguilera dijo...

Cuanto me alegro de que toda la vida sea para ti una aventura. Me alegro de lo bien que lo pasáis todos. Un abrazo María. Las fotos de Alan son una preciosidad. Gracias.

Maria Naranjo dijo...

Gracias por ese cariño hacia Alan, el mismo que él os tiene a todos.

Ahora creo que debemos planificar ese cafe que no fuimos capaces de tomar en su día. No importa si tardamos unos días, pero saber que es una propuesta en serio.
Os quiero.
María

Mary dijo...

OK, CONTAR CONMIGO POR FAVOR¡¡¡¡

Luis dijo...

No sé como lo haces para estar cada día más guapo, más divertido. Eres un campeón como dice tu papá.
Besitos

Sol dijo...

Alan me tienes loca, como me gustaría darte un abrazo.
Te lo envío por las ondas