domingo, 8 de abril de 2012

CARTAS DE LOLA

                           es123.es
Querida Ernestina: nuevamente me disuelvo en el papel y me elevo en el aire, para que mis palabras lleguen a ti y puedas tener el pulso de este país. Si es que le queda algún latido.
Es que lo de llegar a fin de mes es una carrera que a veces parece insalvable. Es ahora nuestra sociedad, como una novela de "Stephen Kin", una de aquellas espeluznantes que se carga en el camino a los protagonistas. Pero ya se sabe que este autor puede ser muy sádico en sus escritos. Aquí los sádicos no tienen nombre ni apellidos.
Para cambiar el guión te contaré un cotilleo; ¿sabes con quien me tope el otro el día? Iba por la rambla y en frente mismo de aquella tienda donde tú querías comprarte una americana salmón, justo allí, estaban mirando el escaparate Faustino y quien ni te puedes figurar, esa amiga tuya, la que te acompañó aquel día en aquel sainete, porque aquello era realmente una comedia, o la tragedia de una obra de teatro. Bueno, pues no sabes lo acaramelados que iban, bien cogiditos para que no se escapara ninguno. Pero bueno, esto ya no da para más, porque además sé que a ti no te interesa.
Retornemos al guión; como te indicaba al principio, la situación no mejora en absoluto, más bien nos vamos despeñando cada día un poquito más; a cada momento encuentras a un conocido que te dice que le han despedido del trabajo: ¡ala, a la calle! A los que les tocaba que les indemnizaran cuarenta días por año, con veinte días se van volando. Ahora los empresarios, en cuanto han visto la reforma, se han puesto como locos a despedir a sus empleados, porque total, a ellos les importan un pimiento las personas, sólo entienden, que poniendo alas a su dinerito, lo tendrán a buen recaudo sin dar esplicaciones a nadie, si de todas formas sólo les darían una palmadita en la espalda y una sonrisa como recompensa, eso si les descubrieran, que no pasará.
La prueba la tuve el otro día que llamó una señora a un programa de televisión; para identificarse ni dio el nombre, dijo que era una pequeña empresa, ni tan siquiera dijo que era una empresaria, o sea, que ni era una persona, ¡era una empresa! Ponía a los sindicalistas verdes, les dio un nombre que ahora no me acuerdo, pero desde luego ofensivo. Vaya, como si ellos fueran los responsables de lo que está cayendo en este país. Sin entrar ahora a hacer un valor de las pautas que siguen los sindicatos a la hora de defender a los trabajadores, tengo muy claro que no son ellos los que nos han llevado al caos, sino otros con una planificación durante mucho tiempo, y pienso además que con la intención de despojarnos de todos nuestros derechos. Volviendo a la empresa que habla, dijo la señora, que iba a cerrar su empresa y si tuviera que abrirla, lo haría en otro país. Ya ves, un botón de muestra. Igual que ella los que tienen dinero, sólo piensan en darle un paseo y llevarlo al paraíso. Los trabajadores y el país les importan menos que nada. Con personas así ¿qué se puede esperar? Los trabajadores poco podemos hacer, ya que lo único que tenemos es el trabajo y nos lo quitan. Pues ya dirás.
Pero una cosa te digo, yo no creo que todos los empresarios sean iguales, estoy convencida que entre ellos hay buenas personas, que si pueden ayudar lo harán.
En cuanto a los dirigentes, les he escuchado hablar de ahorro y de recortes, pero todavía no les oído ni una sola palabra de que se vayan a reducirse los sueldos, ni que vayan a acabar con esas pensiones vitalicias e injustas que nos ahogaran a todos. Ni tan poco dicen que vayan a eliminar esos puestos inútiles, que lo único que hacen es poner la mano a fin de mes para cobrar un sueldo, que no se justifica en ningún sitio por su labor necesaria.
Luego hacen medidas que casi hacen llorar: parece ser que todos esos dineritos que han volado como palomas en un acogedor malomar, donde ninguna canta, y todas parecen sordas, mudas y ciegas. En vez de invertirlo y crear empleo. Pues a todos esos defraudadores, les dan una palmadita en la espalda y se les perdona, se les cobra una pequeña miseria para que vuelvan con la bolsita en el pico a España y todo arreglado.
Reconozco que algo tendría de bueno, si de verdad trajeran el dinero, que no lo creo. Pero es que junto con esta situación, existe una muy dolorosa que tienen que sufrir los más débiles, ya que cuando hace números hacienda, que por cierto dicen que somos todos, pueden cobrar unas cantidades que no se pueden pagar, pero si no lo hacen, a ellos si les persiguen, les amenazan, y si les parece oportuno les embargan y ya pueden pasar tan ricamente a la clase de indigentes, esos que viven debajo del puente o en una plaza. Porque entre los bancos y hacienda están destruyendo la salud, la estabilidad y las esperanzas de muchos ciudadanos que no son responsables de lo que está pasando.
Ya ves, hoy soy la alegría de huerta, y mira que a mí me gusta contar cosas buenas, pero es que hoy por más que he buscado no las encuentro. Mira, estoy viendo el sol desde mi ventana y creo que es un regalo maravilloso, que alumbrando un manzano en flor creo que es una pincelaba de vida.
Ahh..., me olvidaba, tu amiga Rosaura, la que está acaramelada con Faustino, está como una vaca.
Con todo mi cariño.
Lola  

2 comentarios:

Mary dijo...

jajajajajajjjaj me ha encantado el ultimo detalle para rematar la faena, osea que mejor te quedes donde estas porque aqui ya ves como estan las cosas y para colmo la gorda de Rosaura no encuentra ni chaqueta de su talla seguramente jajajajajajaj.

Un besazo¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Lola, eres fantástica.