domingo, 19 de agosto de 2012

CUENTOS DE ALAN... MIS PRIMAS DE GRANADA SON MUY GUAIS

 
 
 

Seis bañistas en la playa
Después de estar días en la playa nos fuimos a casa porque venían unos primos para estar con nosotros. A mí eso me gusta mucho. La prima se llama Jessica y ha venido de Australia. Dicen mis papis que también yo soy de Australia, aunque no me acuerdo de ese sitio, seguro que era muy pequeño. El primo se llama Jorge y es de Madrid igual que papá. Pasamos un fin de semana estupendo. Estuvimos en Barcelona en muchos sitios, sobre todo para que la prima Jessica viera la ciudad. Creo que le gustaron los sitios que estuvimos viendo. A mí me gustaron.
Como el fin de semana pasa tan rápido, enseguida se acabó.
Así que llegó el lunes. Cuando nos levantamos por la mañana, empezamos a ir cada uno para un lado. Papá y mamá se fueron a trabajar, y a mí vino a buscarme el yayo para irnos en el tren otra vez a la playa. La prima Jessica ha venido un rato con nosotros en el tren; luego creo que se habrá ido otra vez a Australia y nosotros hemos seguido para la playa.
Al llegar a la estación nos esperaba la yaya, pero no estaba sola, había una niña bastante grande. La yaya me ha dicho que es mi prima y se llama Julia. Yo enseguida dije su nombre. Es muy simpática y le di la mano para irnos a casa. Le he dicho que me llamo Alan, para que lo sepa y pueda decir mi nombre cuando juguemos. Yo estaba muy contento, porque pensaba que me divertiría un montón con una prima tan guai.
Cuando llegamos al piso, de pronto apareció un autobús para jugar muy bonito, luego aparecieron caballos: había un papá caballo, una mamá caballo y también hijos, unos más grandes y otros caballos bebé. ¡Qué contento me puse!! Enseguida nos pusimos a jugar la prima Julia y yo. ¡Qué bien lo vamos a pasar! Cuando más distraidos estábamos aparecieron dos niñas más con sus papás. Una de las niñas que llegaba era más o menos como Julia y se parecían mucho. La otra era todavía más grande: se llama M. Eugenia y pensé que aquel nombre era difícil, pero no, fue bien sencillo decirlo. La que se parecía a Julia se llama Patri; la verdad es que es un nombre bien sencillo de decir, incluso para alguien tan pequeño como yo. Como son mis primas y parece que yo soy primo suyo nos pusimos a jugar y nos divertimos mucho. Al principio, decir el nombre de la prima mayor no me costaba nada, pero a veces cuando tenía que decir el de una de las más pequeñas, pero que son grandes, me hacía un lío con Patri y Julia y las confundía. Entonces decidí que las llamaría a todas primas y ya está. Parece que eso estaba bien y nadie decía nada. Así que yo iba diciendo todo el día primas, primas, y tan ricamente.
Por la mañana, después de desayunar nos íbamos a la playa; sacábamos todos los juguetes: el cubo, la pala y el rastrillo y hacíamos una piscina en la arena. Cuando nos cansábamos, que no nos cansábamos nunca nos metíamos en el agua para bañarnos. Siempre con los papás o los yayos.
A las primas les gustan las olas igual que a mí. A veces venían muy fuertes y nos mojaban la cabeza, pero no nos importaba porque es muy divertido. Yo no me canso nunca de estar en la playa, ni de hacer la piscina o castillos de arena, que son muy bonitos, pero lo que más me gusta cuando están acabados es romperlos. En la playa siempre encuentro niñas y niños que quieren jugar conmigo, aunque yo sea más pequeño. Llega pronto la hora de irnos a casa, porque parece que hay una hora para ir a casa a comer. Yo siempre pienso. ¡Vaya rollo!, con lo bien que se está aquí. Pero hay que irse, ya sabéis, siempre lo que dicen los mayores.
Hay una cosa que también me gusta antes de llegar a casa. A medio camino hay una ducha y yo me meto debajo y me cae el agua por encima mucho rato. Me cae primero en la cabeza y luego por todo el cuerpo; está muy calentita, y yo hasta que no llevo mucho rato no me quiero ir.
Creo que hemos estado una semana más o menos, que ya controlo un poco esas cosas. Lo he pasado requetebien con las primas. Ellas nunca se enfadan conmigo. Que algunos niños en el parque se enfadan a veces, porque no quieren dejar a otros niños sus juguetes, o porque quieren el columpio. Pero mis primas nunca se enfadan. Creo que es porque son buenas.

Después volvimos a casa, bueno a la casa que no es de la playa. Hacía algún día que no veía a las primas y, cuando íbamos a cenar una noche en la terraza, llegaron las tres con sus papás y los yayos y otra vez estuvimos jugando mucho rato.

Una mañana cogimos el cubo, la pala, el rastrillo y a mi amigo Pablito y nos bajamos al parque el yayo y yo. Cuando iba a empezar a jugar, de pronto vi un pajarillo muy pequeñito escondido en un rincón del parque. Creo que estaba asustado, porque no estaba con su mamá. Le dije al yayo: ¡Mira un pipi!!, él lo cogió con mucho cuidado para no hacerle daño y lo llevamos a casa. Creo que ya os había dicho que tenemos un pájaro, que cada día le damos de comer alpiste y también lechuga y se pone a comer muy contento. Por eso cuando el yayo dijo que el pajarillo que habíamos encontrado era un bebé, pensé que el pájaro grande lo cuidaría como una mamá. Como era tan pequeño lo pusimos en el sitio de la comida que estaba vacío y se quedó muy quieto. Mientras la mamá lo miraba como para cuidarlo por ser tan pequeño.
Como tenía gana de jugar en el parque nos bajamos otra vez. De todas formas la yaya se ha quedado en la casa por si el pajarillo quiere alguna cosa.
La verdad es que cuando llegué al parque me olvide de los dos pájaros.
Cuando llevábamos un rato han llegado mis primos Érika y Arnau y hemos estado jugando un rato, hemos llenado globos de agua y nos hemos puesto chorreando.
Cuando hemos venido a casa, el pajarillo se había ido solo a otro sitio de la jaula. Pía de una manera muy graciosa y creo que el grande le cuida como una mamá, o papá no sé. Tengo ganas de ver a las primas de Granada para contarles lo del pajarillo.
Bona nit.
Alan

2 comentarios:

Sol dijo...

Qué envidia que me das Alan. Ya me gustaría a mí tener tantas vacaciones. Aunque creo que tú lo pasas igual de bien siempre. Eres fantástico.
Muchos besitos

Anónimo dijo...

A este Alan se le dan muy bien los cuentos, y contar expewriencias.
Un basito.