domingo, 9 de septiembre de 2012

EL PAJARILLO... LIBRO INÉDITO


Me despierto de pronto, creo que alguien discute. Pongo el oído atento para reconocer las voces o lo que dicen. Me doy cuenta enseguida que hoy estoy despajada, no tengo la cabeza como un tambor igual que otras veces y eso para mí es tener un bienestar fabuloso.
-Aquí no puede haber nadie más, expone la voz y creo que es mi voz conocida, aunque creo que debe estar al otro lado de la sala porque le escucho muy de lejos.
-Pero doctor, son órdenes de dirección, parece que no hay otro sitio.
-Que lo busquen, no creo que en todo el hospital no encuentren una cama para poner a una enferma, que además tiene un virus que puede contagiar a Elena, pues sólo nos faltaba eso.
La conversación cesa y no escucho más ni una mosca. Una de mis hadas ajusta algo a mi muñeca con sumo cuidado. Como son tan sigilosas, sólo me percato que están aquí cuando manejan los cables, agujas, o lo que quiera que sea que tienen conectado a mis brazos. Sus pisadas son siempre ligeras como plumas. A veces imagino sus caras. Estoy segura que son guapas. Me gustaría mirarlas, decirles gracias por su delicadeza, por cuidarme como lo hacen. Creo que mi hada se ha detenido para mirarme, puedo sentir su mirada cálida. Esto también lo percibo cuando está mi voz conocida. Después de tanto tiempo, una de las cosas que he aprendido, es notar como me miran las personas que tengo delante, Aunque no pueda verlas. Me parece curioso haber conseguido algo así y sin embargo no poder ni abrir un ojo, ni mover una mano, pero sí percibir la calidez de unos ojos cuando me miran. Algunas personas cuando entran me miran con indiferencia, como si yo no fuera nada, o peor, igual que si sólo fuera una molestia. Aunque eso no lo tengo en cuenta, más bien lo contrario, porque creo que tienen razón. Todas las personas que me cuidan pierden su tiempo, mientras yo no hago nada. Hoy por ejemplo, cuando mi voz conocida se ha negado a que compartiera la sala con otra persona no me ha parecido justo; porque si cojo un virus, tampoco será tan grave, qué puede pasar más, si no puedo ni hablar ni comunicarme de ninguna manera con nadie. Por qué tengo que acaparar una habitación para mí sola. Me hubiera gustado decir algo, decir que sí quería compartir la sala, que la presencia de otra enferma sería buena para mí. Sin embargo como otras veces no he dicho ni pío.
-¡Ay! Si supieras como te cuida el doctor.
La voz que escucho es fina y suave, es cantarina como la de un jilguero, ¡Qué bonita es la voz de mi hada!, y qué ternura para decirme lo que ya sé, pero que no lo había escuchado antes de otros labios. Ahora suspira, me hace una leve caricia en la mejilla. El contacto de la piel de otro ser humano me produce una sensación que recorre mi espalda produciéndome un escalofrío. La soledad a la que está sometido mi cuerpo me hace desear que me abracen, que apretujen mi cara hasta hacerme daño. Pero a pesar que me cuidan con todo el cariño, sólo pasan junto a mí, manejan los cables a los que estoy conectada y luego se alejan.
Pero puedo intuir cuando cruza la puerta mi voz conocida antes de que alguna frase entre en mis oídos en forma de música celestial. Él tampoco me abraza, pero sí me acaricia con su mirada: roza mi mano a veces con delicadeza como si me fuera a romper. Otras veces acaricia mi mejilla. Creo que vivo para ese momento. Si no fuera por ese afecto que me regala continuamente no tendría sentido mi vida. Es curioso, en la situación que me encuentro, sin poder mover siquiera un músculo y a veces pienso que la vida es bella. Aunque no siempre, pero sí cuando escucho mi voz conocida.
Mi hada se aleja y nuevamente me quedo sola. Ya puedo dormirme otra vez.
Qué vaga soy, siempre prefiero estar dormida como una marmota. No estoy muy segura si será por no sentir dolor, o más bien para conseguir esos sueños que me permiten regresar a los días que podía correr, reír o llorar.
María

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo me gusta cada palabra de este pajarillo. Hace ´mucho que esperaba esta entrada.

Sol dijo...

¿El nombre del pajarillo es por un pájaro o por la niña que se llama pajarillo?
Un abrazo para todos

Luis dijo...

Parece una historia algo triste. Espero que tenga un final feliz.
Saludos