martes, 14 de enero de 2014

CUENTOS DE ALAN... NAVIDAD ESTUPENDA

 
                           
                                 
Ya ha llegado la navidad, y ha pasado. yo decía que era muy divertida; pero es mucho más de lo que pensaba.
En nochebuena estuvimos en casa de los yayos y también allí estaba el Caga Tió. Igual que en mi casa. Yo le ponía una mandarina en un plato por si tenía mucha hambre, y cuando venía otra vez se la había comido entera. Un día le puse y todo un trozo de jamón del bueno, y también se lo comió todo, estaba hecho un tragón. Por eso, decía mami que después cagaría.
Vinieron unos primos a cenar esa noche: la Érika, el Jordi y el Joan.  También uno pequeño que se llama Érik y se ríe mucho . Estuvimos comiendo y jugando y cuando ya era tarde fuimos a cantarle una canción al Caga Tió; y le dábamos palos mientras le cantábamos. Entonces nos dijeron que teníamos que irnos para dejarlo tranquilo. Mis primos se fueron, pero yo no quería irme, porque quería estar allí para cuando cagara. Pero no había manera. Al final me liaron como siempre. "Píllame", y salí corriendo detrás de mami y no pude ver como cagaba. Cuando nos dijeron que fuéramos a mirar, fuimos todos corriendo: ¡Qué emoción!!! Para mí había cagado un paquete de galletas de dinosaurios, que estaban buenísimas. También había un paquete pequeño de gusanitos, y también unas gominolas. Los primos tenían una bolsa llena de golosinas que se  comieron  volando. Para el primo pequeño y para mi hermana,  el Caga Tió dejó dos chupetes.
También en mi casa cagó regalitos.
Era tardísimo, pero estuvimos jugando y cantando villancicos hasta que los mayores casi se dormían. Cantábamos uno que era de una señora y un peine. Y otro de un borriquillo. Pero yo estaba superdespierto. 
Esa noche me quedé a dormir en casa de los yayos, por no subir las escaleras. Porque  si no me habría dormido por el camino.
Al día siguiente que era navidad  nos fuimos todos a casa de los titos Alex y Alicia. Cuando entré a su casa, casi me pongo supernervioso, porque había un montón de regalos. Además no se pueden abrir todos a la vez, pero tampoco se pueden coger hasta después de comer, porque no me dejan. Tengo que esperar.
Estábamos muchos: los titos Rafa y Cristina, los yayos y los papis. También Irene y yo. pero también estaban los papás del tito Alex y su hermana, que casi nos hicimos amigos.
Cuando por fin terminaron de comer los mayores, que tardan mucho, ya pudimos abrir los regalos. Siempre que hay regalos los entrego yo; me gusta mucho. Empecé por todos los demás. Pero había uno  bastante grande que ponía Alan. Ya me estaba poniendo nervioso viendo mi nombre en aquel paquete grande, casi estaba temblando. Al final parece que la tita se dio cuenta de la gana que tenía de cogerlo y me lo dio. Nervioso y loquito lo abrí de prisa.
¿Sabéis lo que había?, un tren con vías y todo, pero además los trenes van solos, estaba alucinado.
Irene como es pequeña no se entera de nada y casi todo el tiempo estaba dormida, a pesar que hacíamos mucho ruido. Lucas como todavía está en la barriguita de la tita seguramente también estaba durmiendo.

Soy Irene, dice mi hermano que no me entero de nada, eso es porque no hablo siempre como él. Pero es que soy muy pequeña todavía, pero sí me entero, y cuando se pone bruto también. En la casa de la tita también tuve algún regalito, y del Caga Tió un chupete, pero que no me gusta, pero al final, a veces consiguen que me ponga a chupar. La verdad es que aunque algunos días mi hermano se ponga bruto y no pare de hablar, de todas formas lo quiero mucho.


Yo soy Lucas. También dice Alan que no me entero de nada. Ya le contaré yo cuando pueda otro día todas las cosas que sé. Estas fiestas, aunque estoy en la barriguita de mami lo he pasado bien. Ella me cuida mucho, y cuando está contenta, yo me pongo super alegre. Y también me entero cuando papá está alegre. Sabéis, también yo he tenido regalitos.

Después de todo lo que os he contado vinieron los Reyes Magos. Yo le entregué la carta a un paje en el mercado. En mi carta le decía, que un día me porte un poquiiiiito mal, es que no me gusta cortarme el pelo. Bueno, también se lo dije al paje, porque dice mamá, y también papá que a los Reyes hay que decirles la verdad. Así que le dije la verdad. Me han traído muchas cosas. Pero ahora estoy un poco cansado, ya os contaré otro día.
Ya veis los pequeñajos como cuentan cosas. Yo les cuidaré a los dos.
Alan   


No hay comentarios: