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En la estancia vacía
se percibe un olor,
un ambiente de calma,
en un vaso una flor.
En el hogar de siempre
sigue el fuego encendido
y yo tengo los labios
congelados de frío.
En un rincón del alma
cabalgan mis recuerdos:
los manteles de lino
sobre la mesa puestos.
Era tu cumpleaños
y estábamos contentos,
los juguetes y el niño
tirados por el suelo.
La casa es alegría:
entra por la ventana
el sol del medio día.
¡Que se pare el reloj!
¡Que se duerma la vida!
Quiero escuchar tu voz
de pura melodía.
Siento un escalofrío
y cierro la ventana;
caminar por los sueños
me llena de esperanza.
Como los farolillos
en mitad de la feria,
las velas encendidas
y el cava tintinea.
Al buscar tu mirada
sólo hay silencio y niebla.
Yo, descalza en mi sueño;
él, que descanse y duerma...
Isabel Pulido
1 comentario:
Bonito poema, me trasmite calma y a la vez mucha tristeza, un sueño sobre algo que un día fue y ya no volverá .
Gracias por compartir este bonito poema de Isabel.
Besos..¡¡¡
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