CUENTOS DE ALAN... YA TENGO TRES AÑOS

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Hemos celebrado mi cumpleaños y ha sido fantástico. Nos juntamos todos en el huerto del yayo, con amigos míos y de mis papis. La Ainhoa me quería empujar en la bicicleta. Eso después de comer. No me empujes, que quiero ir solo, le decía yo, pero ella seguía. Teníamos mucha comida, porque todos traían cosas que estaban muy buenas, hasta los abuelos trajeron croquetas de Madrid, y eso que está lejos.
Vinieron mis amigos Hugo y Nina, y también mi amigo Pau. Luego más tarde llegó el Joel y su hermana Nerea, que ella hace como mi hermana; comer y comer, es que son pequeñas, aunque todos dicen que están muy grandes. Pero yo las veo como bebes.
Además de los amigos, vinieron los titos Rafa y Cristina y la tita Alicia y el tito Alex. También lama reme y mi prima Gema. Tenía muchos pasteles y después de terminar todo lo que había primero, nos comimos los pasteles buenísimos. Pero antes soplé las velas,  que ya son tres; ya soy un niño grande. Mi hermana tiene cuatro, pero son meses y eso es menos. Ella quiere hablar, pero no sabe y cuando quiere decir alguna cosa dice: aaaaaaa, pero lo que sí sabe es decir Alan, eso se lo ha aprendido muy pronto. Tengo que enseñarle todas las palabras, porque decir todas las cosas es muy divertido.
Ahora tengo mucho trabajo: ayudo a mamá a hacer muchas cosas, a bañar a Irene; yo soy el encargado de poner el termómetro para que no se queme con el agua. También le doy la toalla para secarla. Sacar los juguetes y guardarlos después también es mucho trabajo. Pero tengo que hacerlo. También vamos al parque. El otro día me caí de la barra donde hago gimnasia y me moje los pantalones en un charco porque había llovido. Cuando estamos en el parque, mi hermana se queda en el cochecito, porque todavía no puede jugar. A mí me gusta jugar con otros niños. Si son amigos estamos todo el rato, pero si no encuentro los niños que conozco, me voy con otros niños o niñas y me divierto igual. Pero algunos niños dicen: no hablo no hablo, y no hablan, y así no se puede hablar.
A veces son un poco tontos los mayores, porque tiran cosas al suelo cuando están en la calle,  y eso no está bien, porque es una cosa fea. Yo voy en mi moto o andando y los recojo y los hecho en la papelera. También está muy feo que los perros se hagan caca encima y se quede en la calle; ¿si alguien lo pisa qué? eso es una guarrería.
Ya pronto creo que va a venir Lucas, a lo mejor ya tiene gana de salir de la barriguita de la tita Alicia. Parece que cuando llegue el verano podremos ir los tres a la playa: Lucas, Irene y yo. Eso tiene que ser muy divertido. Ahhh, el primo Alvarillo que vive en Granada también tendrá una hermanita.

Yo soy Irene: mi hermano habla siempre, nunca puede estar callado, a veces hasta habla cuando duerme. Yo le quiero mucho. Él me da muchos besitos y abrazos y me dice cosas. Yo quiero a todos mucho: a papá, a él, pero sin mamá además de que la quiero, no puedo estar sin ella. Cuando no la veo un rato, me empiezo a poner nerviosa y entonces lloro para que sepa que quiero estar con ella. Ayer tenía tanta gana que me cogiera, que dije mamá; entonces ella se puso tan contenta que me cogió.

Soy Lucas: yo todavía no hablo, pero me fijo en todas las cosas, porque escucho hablar a los papis y ya sé quien son, sé que me quieren mucho, porque eso se nota: siempre me dicen cositas, y la voz de mamá la escucho en cuanto dice algo. Entonces me pongo muy contento. Creo que falta poco para que venga a casa, aunque creo que ya estoy, pero aquí, calentito con mamá.

Estos pequeñajos son muy listillos, pero lo que no saben, es que tengo que enseñarles yo.
Alan