sábado, 20 de septiembre de 2014

LA OTRA CARA

fondosypantallas.com

Camino de prisa, atrapo el aire, los árboles me regalan su color, su pureza. La brisa es ligera y va conmigo. Poco a poco me dejo impregnar por los aromas que me vienen a recibir. Es un regalo que alguien me ofrece. Le pido a mi mente que frene su velocidad, que restañe las heridas, unas viejas, otras producidas día a día, minuto a minuto y marcadas a fuego.
Los seres humanos somos así; hieren a aquellos que le sostienen, a los que malgastan su vida para cuidar la suya, a pesar de sólo recibir maltrato: cruel y continuado. A veces me pregunto, ¿porque permito que me hieran?, la crueldad es una forma de ensañarse con los otros. Miro al cielo y veo tanta belleza, las nubes anaranjadas en la despedida del sol me hablan de paz, de serenidad, de beldad. Se acerca el otoño y pronto los árboles se teñirán de colores imposibles. Seguiré caminado, respiraré esa paz regalo de la arboleda, su influjo se impregnará en mi piel, pediré a mi mente que se detenga, que no se deje invadir por la locura, porque locos son los humanos: frívolos e hirientes hasta destruir la paz de aquellos que la persiguen.
Invocaré a mi Ángel de Amor, le tomaré de la mano. Pero sólo le pediré que sea feliz, que no se detenga en su gentil camino, que me ame en la distancia, o quizás tan cerca que podamos rozarnos. Tal vez con la rama de un árbol, con el aroma de todas las plantas. También pediré fuerzas para soportar lo que no he sabido solucionar.

María 

2 comentarios:

Olga dijo...

Que bonito y que verdadeoro.

NO.No debemos permitir que nos hieran ese tipo de personas crueles y despiadadas.
Solo intentan que su frustración impacte sobre nosotros, hasta lograr dejarnos a oscuras.

Un besazo María.

Maria Naranjo dijo...

Ola Olga: Qué tal las vacaciones. Tengo ganas de verte. A ver si encontramos un ratito