viernes, 24 de junio de 2016

-Esto es muy interesante, nunca me hubiera parado a pensarlo. No sé que me pasa, pero nunca me había sentido tan feliz, ¿pero por qué?, no formo parte de todos ellos, ellos se sienten felices, ya les veo, pero yo sólo les miro.
-siempre que aprendes algo que te ayuda a entender lo que nos rodea te hace feliz. Vislumbrar la grandiosidad de un universo grande y maravilloso lleno de posibilidades, nos hace que valoremos sólo las cosas buenas; es entonces cuando entendemos el tiempo que hemos perdido despreciando lo maravilloso que podemos tener, aquellas cosas que nos rodean y tenemos a nuestro alcance y podemos cogerlo con las manos. ¿Has visto a Lucía?, a cerrado los ojos y ha formulado el deseo de ese día maravilloso que está viviendo, lo ha hecho con tanta fuerza, que ha sido capaz de despertarme, me ha obligado a levantarme y ponerme a trabajar.
-¿Ya no estás enfadada?
-No es que estuviese enojada, es que ni siquiera en esta maravilla de lugar son las cosas perfectas, si fuera así, no habría forma de apreciar las cosas estupendas. 
-Mira, ahora están otra vez en la playa, fíjate cómo bucea Laura, y la forma en que le mira Lucía, es como si todo lo bueno del mundo
se reflejara en sus ojos.
-Así es, está agradeciendo el momento presente, esa mirada que le dedica una criatura a la que ama, nunca se borrará de su recuerdo, permanecerá en un tiempo y un espacio hasta que se produzca de nuevo esa mirada y ese encuentro. Nunca será ese cariño más pequeño. Porque el Amor es en realidad lo que se mantiene a lo largo de los años y de la eternidad. El Amor es la única verdad indiscutible. Los que no consiguen encontrarlo, es por esa razón que son desgraciados. No descubren los colores, ni la plenitud de sentirse integrados en el espacio infinito, ni en paz con el mundo en que viven. Por eso se comportan tantas personas como si fueran demonios; viven para el odio y la maldad. Esos nunca piden un deseo. Derrochan el tiempo que se les concedió y llegan al final con las manos vacías.
La reflexión del Hada me hace pensar. ¡Qué sabia es!.
Vuelvo a ver a Laura y Lucía, están alrededor de una mesa con más personas: no entiendo lo que dicen pero están contentas.

Continúa

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