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Cabalgan las nubes sobre los vientos.
Afloran graznidos de las gaviotas.
Aguas revueltas ofrecen ignotas
frutos silentes de océanos violentos.
Se abre el telón. El sol de la mañana
lanza sus dardos de luz refulgente.
El brotar del día se hace inminente
en lidia, con la penumbra temprana.
El viento se sustrae indefinido
de permanecer en ningún encaje.
Confinarle en puertas, es un ultraje,
pues crea remolinos complacido.
Olas en los riscos tallan su vena
remedando trabajos de escultores.
Rocas que a través de cinceladores
ceden a la playa su lengua de arena.
Gigantes sobre el valle son montañas.
percepción de estar del cielo a dos dedos
cerca de Dioses, aumentan los credos
en crestas y picos como espadañas.
Auri.
3 comentarios:
Es un poema que sitúa los elementos con una gran belleza. perfectamente medido, rimado. No le falta de nada. Solo leerlo.
Espero que los proximos poemas y relatos os lleguen hondo. Gracias por leerme.
Gracias Aurelia por compartir con nosotros esa forma especial de describir las cosas. Eres una gran poeta.
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