En algunas horas
vacías, entre
los pliegues de la
memoria,
a veces apareces
sentado en el escalón,
aquel escalón,
esperando, solo para verme pasar.
A lo mejor los recuerdos me engañan,
yo creía que estabas para verme pasar.
A lo mejor los recuerdos me engañan,
yo creía que estabas para verme pasar.
no sé si la distancia me confunde ahora que todo
es difuso, algo muy lejano,
pero creo recordar que temblaban mis
piernas. Es un
sentimiento ahora tan
borroso en el
tiempo, que podría ser
solo una quimera.
Y recuerdo aquella
noche, la noche del
adiós cuando me
pediste un beso.
Las palabras
fueron torpes,
muy torpes las
mías, y algo las tuyas.
Una noche memorable, o triste quizás,
no sé, el recuerdo a veces engaña.
Sentimientos a flor de piel que oprimían
los corazones. No sabíamos que era el adiós
definitivo. Las vidas se alejaban,
se recomponían en lugares lejanos;
luego el olvido, ese que al final se impone,
el que abre una puerta cuando se cierra otra puerta.
Pero, ¿acaso es cierto que existe el olvido?
María
Una noche memorable, o triste quizás,
no sé, el recuerdo a veces engaña.
Sentimientos a flor de piel que oprimían
los corazones. No sabíamos que era el adiós
definitivo. Las vidas se alejaban,
se recomponían en lugares lejanos;
luego el olvido, ese que al final se impone,
el que abre una puerta cuando se cierra otra puerta.
Pero, ¿acaso es cierto que existe el olvido?
María
1 comentario:
Creo que todos tenemos por ahí un recuerdo perdido.
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