Hoy escuchas a los
huesos
¡cómo me duele
esta mano!
Y este hombro que
no deja
que me toque la
cabeza.
Ayer un cansancio
nuevo,
un impostor que me
impide
llevar a cabo mis
sueños.
Ves que los días
se alejan
sin ton ni son ni
control,
que el sentido de
la vida
como una nube se
escapa.
y te paras a
pensar
que la vida es
como un cuento
que hay que
buscarle un final.
¿Cuántas cosas te
enriquecen?
¿Cuántas te dan
libertad?
¿Dónde encuentras
las sonrisas
para iluminar tu
hogar?
¡Así vas
encaminado!
Llevas bien la dirección,
porque lo que bien
importa
es pensar que cada
día
de nuevo el sol nacerá.
Y agradecer el
minuto
que tienes de
respirar,
sin pensar en una
mano
ni mirando para
atrás.
unas flores que te
miran
y te gritan al
pasar,
y el objetivo
sincero
de agradecer cada
día
lo que Dios nos
regaló.
María
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