Un mar azul que te hechiza y te relaja.
Las olas, entre susurros te adormecen
y borran de la orilla las pisadas
de quién sueña, en tu grandeza, poseerte.
Las barquitas adornan con sus velas,
son puntos de inflexión intermitente
del plano de las aguas apaciguadas
que esperan, que la brisa las empente.
¡Bendita la odisea de tus aguas
que besan las costas universales!
¡y bendito el fruto de tu vientre
que el maná de la vida nos trae!
Yo quisiera ser pez o pájaro,
alga, barco o calendario.
Conquistar y tachar destinos,
buscar la paz en puertos solidarios.
Y al sumergirme en tus aguas encantadas
tus brazos calurosos que me abrazan,
se convierten en alas suaves,
hadas sugerentes, con cabelleras de agua.
Auri.
2 comentarios:
En este poema, te puedes dejar llevar por las olas de ese mar profundo que Auri nos dibuja. Magnifico poema, como siempre.
Se agradece María
Publicar un comentario