sábado, 31 de diciembre de 2022

LA DULCURA DE UNA ABUELA...

 

                                                                          wikipedia

 

La luna se derrama igual sobre

todos los pueblos, en las calles ya

vacías mientras las almas duermen.

Este ni siquiera es bello, pero es

eso, es mi pueblo. Las calles sin ningún

control, casas desmalladas que no

miran al sol, cuevas que un día se

hundieron y olvidados los dueños

ya no queda nada, pero ese es mi pueblo.

 

En un escalón, sentado puedo

ver un rostro que me mira fijamente

con unos ojos de fuego y pasión.

 

Veo la casa humilde de mi abuela,

la chimenea en ascuas y el cantarillo

de barro calentando el agua.

Dulce mujer sentada junto a la

lumbre, ni una estrella alumbra más en

esa casa, radiante como los

rayos del sol. Ni el empuje del viento

se asemejaba a su fuerza. Parecía

frágil, pero su valentía era un

torrente inagotable.

 

Se intuía en ella la llamada de

la tierra, allá arriba la esperaban;

un amor joven se fue prematuro,

un buen mozo en plenitud que la miraba

con sus ojos de color verde mar.

 

Una vida ha pasado y ella sigue aquí,

mi corazón de niña la mira con amor.

Ella siempre estará cerca: sus manos,

su sonrisa y la ternura de su mirada

me dicen que ella no me dejará.

 

Plasmada permanece en el recuerdo:

dulce, entrañable, con su mirada

serena acariciaba mi pelo.

Junto a la chimenea me sentía

siempre como la princesa de un cuento.

 

Su voz cálida, la suavidad de sus manos

me regalaron un tesoro sin igual.

 

¡Hace tanto tiempo que está entre los muertos!

El tiempo lo aleja todo, pero no consigue

borrar las huellas dentro del alma.

Esa ternura dulce que perdura,

esos momentos en la lejanía

saboreando solo el instante

de estar a su lado, amándola.

 

Cuantas nubes han pasado bajo esa

luz que se derrama sobre todos los

pueblos. Es un recuerdo que mueve el viento

en la alameda, se mece sobre el río,

que cantarín baja para unirse a otros

ríos, y cada noche, la luna desliza

su luz sobre los pueblos de Granada.

 

María

2 comentarios:

Auri dijo...

Esa luna que se derrama sobre los pueblos y sobre una Granada rica en agua. Unos recuerdos que no han expirado. Cosas sencillas, la abuela, el cántaro. La personificación de la dulzura,
que se ha ido y ha dejado fuerza y dulzura. Mejor cuadro no se puede pintar.

Maria Naranjo dijo...

Gracias siempre por entender todas las cosas.