La luz del cielo
Hola, amor. Hoy me he despertado y me he preguntado si es un día normal. Pero no es normal. Hoy es el día en que te fuiste. En realidad no te has ido, porque estás dentro de mi corazón, abrazando mi alma y envolviéndome con tu aura, con tu cariño que se abraza con el mío y volamos las dos, intrépidas y atrevidas a esos espacios siderales, donde yo me imagino lo que me da la gana y tú me alientas. Para seguir viviendo en este mundo loco, te necesito. Solo tu mirada me guía al mejor espacio, al pensamiento más correcto.
¿Que de dónde saco tu mirada? Pues está en mis ojos, en mi piel y en ese deseo eterno de encontrarnos, de abrazarnos. Nuestras almas, sí, pero nada hay más hermoso que dos almas recorriendo el universo, dos almas encontrándose por fin en el espacio soñado. Nada es más hermoso que vivir los sueños, perseguirlos hasta encontrarlos. Y en una nube emprender el viaje que pedimos cada noche a las estrellas. Ellas deben mirarnos. A veces pensarán. Qué pesadas, pero seguro que se compadecerán de nosotras y activaran el mecanismo para que nuestro camino, sea el mismo camino.
Y ya en la nube, sabremos permanecer abrazadas para siempre.
TODO MI AMOR, LAURA
Espacio infinito que me guía,
hermosa flor que encontré un día,
la sonrisa amada
que se esfumó en el aire,
transparentes nubes
y a través de ellas te veo.
Luz del sol que me acaricia,
olas de viento que me traen tu aroma,
palabras engarzadas entre hojas
y pétalos de una flor que te rinde pleitesía.
Todo, junto con mi amor
es mi regalo en este día,
donde el recuerdo es amor.
Siempre tuya.
María
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