miércoles, 10 de marzo de 2010

ÉRASE UNA VEZ UNA NIÑA LLAMADA AURÈLIA

Aurèlia


Havia una vegada una nena anomenada Aurèlia. Era mes llesta que la fam i més bona que el pa.

De totes les mestres que havia conegut, la que més empremta li va deixar, va ser l'Aurora Costa.

A la Aurèlia li agradava molt estudiar, sempre estava molt atenta durant la classe. Tenia bona memòria per assimilar les explicacions de la professora, encara que en el seu cap també i tenia pardalets, com totes les nenes del món.

Admirava molt a la senyoreta Aurora, i quan ella entrava a classe ja veia la sol.lució a tots els petits problemes que pogués tenir.

Va passar el temps i va acabar la seva època d'aprenentatge.

Un dia va conèixer el seu princep blau, es van casar i van tenir dos fills, nena i nen; el somni de totes les parelles.

Ella no va oblidar mai a la mestre que li ensenyava geografia, matemàtiques, poemas, i alimentava amb paraules senzilles les il.lusions que per la seva tendre edat l'aire li portava.

Havien passat els anys, els dies havien regalat a l'Aurèlia un munt de coses, de totes classes, però ella amb el seu fer tan serè, sempre equil.librava una existència, que era un llac d'aigües tranquiles on tots podien beure, reposar i recolzar el cap.

Un dia en una festa, va veure un rostre que la retornà a la seva infantesa. Va preguntar qui era aquella senyora que tants records li portava.

-Aurora Costa, la mestre -li respongueren.

Fou presa d'una gran al.legría. Si va acostar amb gran misteri per presentar-se, i quan la mestre la va conèixer es fongueren en una gran abraçada, unint així dos temps com per art de màgia.

Ara aprofiten l'aportunitat per trobar-se i seguir aprenent mútuament de l'universitat de la vida, conservant un gran afecte i amistat, rendint tribut a la memòria.

Traducció.

Aurèlia





Erase una vez una niña llamada Aurèlia. Era mas lista que el hambre y mas buena que el pan. De todas las maestras que había conocido, era Aurora Costa la que más huella dejo en ella. A Aurèlia le gustaba mucho estudiar y siempre estaba atenta durante la clase. Su memoria computaba todo aquello que aparecía en el aire. Aunque su cabeza, también se llenaba de pájaros, igual que la de todas las niñas del mundo.


Admiraba a Aurora, igual que al amanecer que nos cubre de una luz dorada y nos regala la claridad de cada día.

Pasó el tiempo y terminó su época de aprendizaje.

Un día conoció a su príncipe azul, se casaron y tuvieron un niño y una niña; el sueño de todas las parejas.

Ella no había olvidado a la maestra que le enseñaba geografía, matemáticas, poemas y alimentaba con palabras de sensatez, las ilusiones que el viento dejaba cada día en la entrada de su casa.

habían pasado los años, los días habían regalado a Aurèlia un mundo de cosas, de todas clases, pero ella con su talante sereno, siempre equilibraba una existencia, que era un lago de aguas tranquilas donde todos podían beber, descansar y apoyar la cabeza.

Un día en una fiesta, vio un rostro que la devolvió a la época de su niñez. Como en un flax se vio en el patio, en el pupitre de su clase. Pregunto quien era aquella señora que le había traído tantos recuerdos.

-Aurora Costa, la maestra. -le respondieron. Una ola de ilusión la embargo. Se acercó con gran misterio para presentarse y, cuando la maestra la reconoció, se abrazaron fundiendo dos tiempos que se habían unido como por arte de magia.

Ahora aprovechan la oportunidad para encontrarse, seguir aprendiendo mutuamente de la universidad de la vida, conservando el afecto y rindiendo tributo a la memoria.

María

3 comentarios:

Mary dijo...

Jolin que bonito,un encuentro lleno de sentimientos guardados en un corazón y con el tiempo poderlos liberar con la misma persona que te los regalo.

QUE BONITO, ESPERO QUE APRENDAN MUCHO LA UNA DE LA OTRA Y SOBRE TODO QUE SIGAN SINTIENDO ESA ADMIRACIÓN.

Un beso Maria.

Anónimo dijo...

A mi personalmente me gusta mucho la amistad, el reencuentro y esas cosas que creo que son la chispa de la vida, pequeños acontecimientos que endulzan las horas.
Aurèlia y su profesora, creo que son dos maestras del afecto.
Que os parece si me llamo Sol, es mucho más bonito que el mío.
besos.

Mary dijo...

¿ me puedo sincerar,y hablar sin rodeos?, pues EA!! me doy por contestada.

anonimo te voy a contar una cosa,mi tia se llama TIBURCIA,Tiene cojones el nombrecito, pues te puedo asegurar que es la mujer mas buena y bella que hay despues de mi madre,asi que tu misma o mismo, personalmente tu nombre me da exactamente igual,si tanto te preocupa te puedes llamar sol,pero para mi lo importante es la persona lo demas son tonterias que les damos demasiadas importancias...¿te cuento un secreto? mi primer novio era igual de feo que su nombre pero era encantador, Fulgencio ¿que te parece?

Un besazo!!!