domingo, 25 de agosto de 2013

CARTAS DE LOLA

 
Querida Ernestina:
hace días que no tienes noticias mías, pero hoy al levantarme he dicho. Hoy escribo a mi buena amiga. Yo estoy bien, mira, creo que para conseguirlo, he adoptado la fórmula de ver poco las noticias, porque poco a poco y sin darnos cuenta, nos dejamos arrastras por una corriente de pesimismo, que hasta donde yo sé no beneficia nada a nuestras vidas.
Las cosas no se arreglan por aquí: cada día, nuevos trabajadores se ven despojados de ese derecho básico del que habla la constitución, "el trabajo". Después se les quita la vivienda, ese bien precioso que tanto les costó hacer suyo, un techo donde guarecerse y construir un hogar para que la familia crezca y siga adelante. Podemos comprobar, que se les causa un daño que a veces es irreparable. Otro tema combulsiona a la sociedad: las familias no dejan de protestar, ya que los ahorros de mucha gente, estaban en unos depósitos que ellos creían seguros, pero que un día vieron que era un poco el timo de la estampita, ya que está secuestrado, eso por lo que yo entiendo, es un robo.
A esto hay que añadir los recortes que cobulsionan todo aquello relacionado con los servicios. Quiere decir, que se nos deja sin trabajo, a los que lo tienen se les rebaja el sueldo, pero los precios siguen igual, por no decir que están por las nubes. Sobre todo el gas y la electricidad la han subido una cantidad que los bolsillos no pueden pagar. Con suerte, podemos imaginar una familia corriente: uno de ellos parado y al otro, con el sueldo reducido a la mitad. Pues ese es el pan nuestro de cada día resumiéndolo mucho.
Otro de los apartados es la corrupción. Las noticias, dejan cada día en el aire una serie de hechos delictivos cometidos, precisamente por aquellos que deberían haber cuidado el país y a sus ciudadanos. Pero creo que ese cocepto, es algo que me he inventado yo. En vez de hacer lo que debeberían, defraudan a hacienda, incrementan sus capitales, mientras que el país se va sumiendo en la miseria. La ambición, y creo que hasta la estupidez están destruyendo la sociedad. Total ¿para qué?, supongo que les proporciona un bienestar inmediato. En fin, que todo esto es una locura que nos va llevando por un mal camino. Sobre sueldos por un lado, por el otro miseria. Aunque no soy economista y no entiendo de estas cosas, pienso que con el dinero que hay en esos paraisos, a lo mejor se podrían crear muchos puestos de trabajo, que en realidad, eso es lo que hace falta. Es por todo eso, que decía que no deseo centrarme en esta locura, sino que quiero respirar un poco tranquila, con un poco de paz, a pesar de que no la roban a diario.
Dirás que cada una de mis cartas son ahora para decirte cosas deprimentes, pero nada mejor puede reflejar la realidad.
Un abrazo fuerte, quedo a la espera de buenas noticias tuyas.
Lola

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