PRIMERA PARTE
Como lienzo de seda
de color verde de plata
que se ajusta por los cerros
por llanuras y por azas.
Tú eres la ilusión del pobre
que con cariño adornaba
de troncos viejos los campos
que a cambio tanto nos daban.
Tú le das la fuerza al hombre
que hace que chiflen las baras
para derribar el fruto
que nace de tus entrañas.
Mata a mata, hilo a hilo,
cuanta sudor derramada,
en cada uno de tus troncos
están las huellas marcadas.
De hombres que igual que tú
saben entregar el alma,
mirarte y acariciarte
como se cuida a una dama.
SEGUNDA PARTE
No me imagino estos campos
sin ese verde color plata
y tantos flecos de ilusión
por la cosecha colgada.
Y eres tan agradecida
oliva de mis entrañas
que no sólo me das vida
también me entregas el alma.
La fuerza de tus raíces
la dureza de tus ramas
la riqueza de tu fruto
y de tu sombra mi calma.
Si me dejan elegir
donde quiero mi descanso
me moriría feliz
sobre tu tronco postrado.
Juan García
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