viernes, 21 de febrero de 2020

NOCHES DONDE TÚ ESTÁS...LAURA


                                                                La luz de mi mundo

CON TU PERMISO LAURA

Como una enredadera pasaban los días,
los buenos, enredados con otros que no
eran tanto.
Me sentía valiente
pero a veces llegaba el miedo.
Mi gran soporte era mi madre,
le preguntaba todo,
me respondía siempre
y me sentía tranquila.
La vida era bella
pero las nubes a veces
llegaban y lo oscurecían todo.
El sol brillaba después
y la alegría volvía.
Todo estaba bien y el miedo ausente.
Un subir y bajar escaleras
fue nuestra vida.
Pero con tanto amor entre todos los 
de mi casa brillaba el sol cada día
y empujaba los nubarrones.
Fui muy feliz en una tierra
sin camino, era mi camino corto.
Lo sabía, pero no lo sabía.
Nube y sol, nube y sol
así eran nuestros días.
Un día vi una luz a lo lejos
y la seguí por un camino largo.

Laura

NOCHES DONDE TÚ ESTÁS

Qué negra sería la noche si no existieras,
si tu sonrisa no me envolviera
ni tu voz durmiera en mi memoria
y en mi piel.

Qué negra sería la noche
sin ese amor que lo alumbraba todo,
sin la fuerza que me enseñó a vivir,
que hizo que el mundo fuera mejor.

Qué negro sería el día
si no alumbrara el sol,
las estrellas serían puntos negros
en una pantalla gris.

Qué triste sería el atardecer
sin recordar tu cara.

Pero sigue la luz con tu luz,
y tus palabras dentro de mi ser
y tus caricias acariciándome el alma.

¡Qué sería de mí sin conocerte!

María


Llega este día aunque no quisiera. El tiempo es una ola que nos separa en la distancia. Pero también es una ola que nos envuelve. En medio de este ancho mar nos encontramos un día..., y otro día, porque es imposible estar separadas de verdad. Han pasado años, ni quiero poner hoy número, pero demasiados sin tu calor. Pero ya sabes, sigo buscando tu calor, tu aroma inconfundible para aderhirme contigo. Sigo en este mundo de locos, intentando estar aquí de verdad, participar en la vida real. Pero tengo otra vida que tú y yo conocemos.
Luego están los pequeños que son un cielo. Alan, ya con nueve años es estupendo, quiere descubrir el mundo cada día. Irene con seis, una artista, con caracter, no sabes cuánto se parece a ti. Lucas ya cumplirá pronto los seis, es un niño fantástico que le gusta mucho cantar. Después Daniel, intrépido y cariñoso que le gusta ayudar a todo. Luego están los mellizos, Nico y Teo, estos, al ser dos, lo que no inventa uno lo hace el otro. Son un regalo para entender la vida. La última en llegar: Adriana, preciosa como una flor pequeña, sonríe a menudo y tiene los hoyitos de tu querido hermano en sus mejillas. Los nombro, -como si acaso tú no los conocieras. También ellos te conocen a ti. Cuando estamos todos juntos, (que ocurre a menudo), yo te veo en el centro de todos nosotros, igual que has estado siempre. Ha pasado el tiempo, pero todo lo relacionado con el amor no entiende de tiempo, ni siquiera de espacio. Un día, respondiendo a una pregunta dije: Con el amor que siento por ella, tengo suficiente para vivir juntas todos los días de mi vida. 
Me siento dentro de ese espacio desconocido para nosotros, inmenso y al parecer alejado, un universo misterioso que es capaz de acoger mi deseo de volar junto a ti, de decirte al oído cuánto te quiero, y me deja regalarte una flor que entre sus pétalos, va enredada mi alma para estar junto a ti. Para que nuestros destinos permanezcan unidos para siempre, por siempre jamás.

TE QUIERO

María 







1 comentario:

Anónimo dijo...

UFFF, CUANTA EMOCIÓN ENCIERRAN ESTAS PALABRAS. SOLO PUEDO DECIR QUE ACARICIAN MI ALMA.