Vete niño, corre, vuela,
que va llegando por el puente,
camino de la ribera.
Y hay un gavilán oteando…
ya sabes lo que quiere de ella.
Vete, corre, vuela niño,
en el recodo del río espera.
Donde se moldean a su paso
las charcas de agua estancada,
que se forman en los baldíos,
donde se solazan las ranas.
El cerezo de flores cuajado
de fruto rosado es la promesa,
de ausencia y decepción es testigo.
La consolaran sus hojas y sombra,
el tronco, con un corazón esculpido,
iniciales de vuestros nombres muestra.
¿Qué dices, que ya no la quieres?
Anda niño, corre, vuela,
que tú por esa niña en la escuela,
perdías el corazón y los zapatos
y olvidabas muchos días la cartera.
Pero ven aquí, que se lo que te pasa.
Que el otro día sin ir más lejos,
pensaste que con otro se entretenía,
y te voy a dar un consejo…
eso no dejan de ser, celos y tonterías.
¿No ves que así la lastimas?
No hagas su llanto baldío.
¿No ves que, al caer sus lágrimas,
están atestando el río?
Auri Garcia
2 comentarios:
Mala cosa son los celos, esos que sin motivo torturan, duelen y enturbian las emociones,
Bien descrito, Auri.
Gracias María por subirlo a tu blog. Siempre encuentras un momentito de tu tiempo para subir mis poemas y relatos.
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