EN GRANADA
Yo siento pena y congoja
y fuego dentro del alma,
por esa flor que marchita
se ha quedado en su Granada.
Fue un estruendo, fuerte y duro,
que no se pudo hacer nada
y yo, no pude ni verte
cuando llegué a Granada.
A tu grandeza interior
ya le afectaba el tiempo
y yo, sin sentir tu voz
me siento garbanzo huérfano.
Tu ausencia, querida amiga,
me ha dejado grande herida,
recordándote a mi lado y
sin tu amor ni compañía.
En esos tiempos difíciles
que atravesaron mi vida
tú fuiste, mi gran columna,
¡mi esperanza!, ¡mi alegría!
Te has llevado la ilusión
del jardín, camelia blanca,
la violeta se secó
y es mariposa dorada.
A veces, en ti pensando
te digo,..!Ven a mi lado!”
si vinieras y sonriendo
te acunaría en mis brazos.
En tus brazos fiel amiga
pensé que tú me soñabas,
a media noche desperté
y era yo, la que soñaba.
Solo con decir tu nombre
hasta el cielo veo más claro
y mi corazón se arruga
pensando en ti, amiga AMPARO.
Gracia Espino
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